Nostradamus
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19.04.2024
La gracia del fin del mundo es que todo siga después. Hacia el final de los años ochenta, cuando la guerra colombiana estaba en todas partes, vimos en el sótano de la clase de Religión un documental malévolo –narrado por el perverso Orson Welles– que empezaba por llamarse Las profecías de Nostradamus, “el hombre que vio el mañana”. “Déjenme advertirles que estas predicciones no son nada reconfortantes”, señalaba Welles en el principio. Y luego, durante noventa minutos sin treguas, se nos vaticinaba allí un siglo XXI resignado a la Tercera Guerra: un par de torres derribadas, una confrontación global que partía del río que divide Ucrania, un anticristo que destruiría Europa. Vendrían sangre y fuego, y luego nada. Y, después del apocalipsis, una era en la que el ser humano dejaría de ser su propio depredador.
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Digo esto porque en las noticias de esta semana ya no hay futuro, ya no........
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