Horizonte
Por lo despejado, por lo manso, el domingo 31 de diciembre de 2023 había parecido un día de otro año. Ya no llovía ni iba a llover más porque no hay aguacero que dure cien años ni prestador de servicios que lo resista. Y entonces, apenas empezó a ser lunes 1.º de enero de 2024, en las calles de este barrio viejo se vio una pequeña multitud de trabajadores empeñados en cumplir –con sus alegres maletas de rueditas– el ritual de dar la vuelta a la manzana para que la providencia conceda un par de viajes lejos de esta realidad tan cara. Corte a: el horizonte azulísimo de la primera mañana, tan limpio, tan lento y tan vacío, que a duras penas ven las gentes adormiladas que salen a pasear a sus perros, y que las ventanas enguayabadas, que duermen el comienzo de la cuesta de enero, se pierden para siempre.
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No hay nadie por ahí. Solo se oye, en la Plaza de Bolívar, la voz genérica del alcalde Galán: “Una Bogotá que sea la misma para todos los........
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