Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) explora la especificidad del séptimo arte en busca de nuevas formas y sistemas de representación de imágenes vivenciales. Con el rastreo de una vida cotidiana reaparece el maestro Wenders, siendo su personaje un aseador de baños públicos en Tokio cuyos recorridos diarios reafirman la dinámica modalidad del relato cinematográfico gracias a esa criatura vital que disfruta cada momento y percibe los entornos. Reconocimientos al gran autor universal, puesto que su más reciente joya intimista está nominada al Óscar en la categoría extranjera.

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Justine Triet (París, 1978), segunda directora francesa ganadora de la Palma de Oro, aborda con destreza narrativa las emociones del ‘thriller’ propiamente dicho en un film criminal que desborda el drama familiar para culminar en un apasionante proceso penal a partir de la disyuntiva de suicidio, accidente u homicidio. Estructura narrativa y decorativa claramente minimalista, con la reconstrucción del proceso penal limitado a lo esencial en locaciones alpinas. Cinco nominaciones, sin precedentes, a los premios mayores de Hollywood para una cinta en versión original no angloparlante.

‘Días perfectos’ (‘Perfect Days’, Japón-Alemania). Segunda película contemporánea realizada por Wenders en el imperio del sol naciente. Hirayama, un trabajador ambulante que pasa sus días en jornadas laborales caracterizadas por una disciplina rutinaria y el amor al oficio, que le han permitido vivir plenamente y mantener relaciones cordiales con los usuarios de todo tipo. Frente a las actividades del entusiasta limpiador de modernas instalaciones sanitarias, sus recorridos urbanos en físico corresponden a la errancia de quien no obstante su soledad se vuelve asesor espiritual.

Hirayama, personificado por Koji Yakusho —mejor actor en Cannes 2023—, solo y feliz, aprecia la luz del sol en las mañanas y contempla con emoción las hojas de árboles altos mecidos por el viento, disfruta de la lectura de clásicos de bolsillo a media luz y concluye los atardeceres que preludian la iluminación de una de las ciudades más populosas del mundo. Después del agotamiento viene un reposo merecido, tirado en una colchoneta, tiene sueños que mezclan hojas digitales y ondas acuáticas o reflejos solares de un arte pictórico tradicional. Será tal su amor por la naturaleza que Hiroyama convierte el patio de su humilde vivienda en minúsculo jardín botánico con maticas que ha recogido en los parques.

Wenders, reconocido entre los expertos cineastas como “el viajero de la imagen”, logra para la ocasión un estilo poético, filosófico y contemplativo. Una cámara que capta implacablemente paisajes con movimiento, porque desde sus primeros cortometrajes de los años 70 se ven panorámicas tomadas desde un vehículo con radiocasete y canciones roqueras no conocidas para “el tiempo que transcurre y se va”. El viaje como aprendizaje, método para conocer mejor el mundo o… “prueba del vacío que conduce a ninguna parte”.

‘Anotaciones sobre vestidos y ciudades’ (Wim Wenders, Japón 1989). Reflexión sobre la identidad del artista clásico que diseña, crea o construye una obra a partir de sus originales convicciones personales. Un retrato minimalista japonés por encargo del Centro Georges Pompidou y cuyo tema central es el modisto de alta costura Yoji Yamamoto. Planos largos y ritmo lento para representar la rutina, el hastío, la desolación y los momentos muertos (“el tiempo transcurre lento, diferente y doloroso”).

‘Anatomía de una caída’ (‘Anatomie d’une chute’, Justine Triet). Al trazar con agudeza las relaciones interpersonales de padres e hijo único, una aislada pareja de escritores con dificultades financieras en desbandada y la mascota canina que hace las veces de lazarillo, o mudo testigo de fatales acontecimientos; ella es exitosa, él fracasado y convertido en docente a distancia. Sentimientos de culpa por un accidente automovilístico en el pasado que dejó discapacitado visualmente al pequeño; el proceso penal en curso y las indagatorias del abogado defensor para asumir el caso y conocer íntegramente circunstancias de modo, tiempo y lugar.

Siendo el chico invidente único declarante o testigo de la caída aparatosa de su querido progenitor, la presunta responsabilidad materna nos obliga a escuchar revelaciones íntimas y secretas de una madre con tendencias bisexuales y rastrear al hombre desaparecido que ya no puede revelar verdades ocultas de sus tensiones hogareñas. Asimismo, ganó Globo de Oro por su guion original coescrito por el también parisino Arthur Harari. De orígenes heterogéneos, este juicio se desarrolla en tres idiomas —francés, inglés y alemán—, con traducciones simultáneas desde un tribunal francosuizo.

Título e inspiración maestra: ‘Anatomía de un asesinato’ (Otto Preminger, Hollywood 1959). Proceso judicial e investigación criminal: en el tribunal, la defensa sostiene que el acusado (un militar) reaccionó violentamente y sufrió un ataque de locura (“impulso irresistible”) por cuanto la víctima (el dueño de un bar) violó a su esposa. Disyuntiva: ¿inocente o culpable? Análisis exhaustivo de la salud mental de los implicados y diagnósticos de sicología forense, cuando el fiscal del distrito asume la defensa por petición de la insinuante y persuasiva mujer del acusado, con la consecutiva búsqueda de verdades ocultas en su ejercicio profesional. Entre contundentes diálogos y virtuosos movimientos de cámara, inolvidable la sobria interpretación del fiscal e igualmente defensor James Stewart.

MAURICIO LAURENS

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Dos nuevos clásicos de la pantalla

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15.02.2024

Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) explora la especificidad del séptimo arte en busca de nuevas formas y sistemas de representación de imágenes vivenciales. Con el rastreo de una vida cotidiana reaparece el maestro Wenders, siendo su personaje un aseador de baños públicos en Tokio cuyos recorridos diarios reafirman la dinámica modalidad del relato cinematográfico gracias a esa criatura vital que disfruta cada momento y percibe los entornos. Reconocimientos al gran autor universal, puesto que su más reciente joya intimista está nominada al Óscar en la categoría extranjera.

(También le puede interesar: Variaciones románticas y posmodernas)

Justine Triet (París, 1978), segunda directora francesa ganadora de la Palma de Oro, aborda con destreza narrativa las emociones del ‘thriller’ propiamente dicho en un film criminal que desborda el drama familiar para culminar en un apasionante proceso penal a partir de la disyuntiva de suicidio, accidente u homicidio. Estructura narrativa y decorativa claramente minimalista, con la reconstrucción del proceso penal limitado a lo esencial en locaciones alpinas. Cinco nominaciones, sin precedentes, a los premios mayores de Hollywood para una cinta en versión original no angloparlante.

‘Días perfectos’ (‘Perfect Days’, Japón-Alemania). Segunda película contemporánea realizada por Wenders en el imperio del sol naciente. Hirayama, un trabajador ambulante que........

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