¿Quién tiene el botón de estratega?
Últimamente con frecuencia, recuerdo con inmensa gratitud que una de las personas que marcó mi vida intelectual y profesional y que en algún momento tuvo la generosidad de hacerme socia en su firma de estrategia política, me decía para burlarse de los egos: “Si vas a opinar, muéstrame primero tu botón de estratega”. Su insinuación sarcástica no buscaba otra cosa que hacerme ver lo insulso que se ve alguien reclamando el liderazgo de un proyecto, muchas veces a consta del mismo proyecto y solo por el inane reconocimiento público de haber sido, precisamente, “el que lideró ese proyecto”. La mención al botón de estratega era, entonces en mi cabeza, el llamado de emergencia a detener de inmediato el ruidajo ensordecedor del ego en función del logro del objetivo colectivo. Cada vez que aparecía la mención a ese botón, las cosas fluían y los resultados superaban las expectativas, porque todos estábamos trabajando por el........
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