‘Plan golpe’
En estos largos dos años de Gustavo Petro en el poder, los colombianos hemos sido testigos de una realidad que pocos habrían imaginado: un presidente que, en sus consejo de ministros, ni exige cuentas ni orienta la ejecución de obras. Y lo que se esconde detrás de su baja popularidad es un profundo sentimiento de desazón ante el desgobierno, un vacío de dirección que cada día pesa más sobre el país.
Para Petro, sin embargo, esto no es su problema. Lejos de mostrar preocupación por la crisis económica que asfixia a la sociedad o la inseguridad que carcome el territorio nacional, parece indiferente ante la evidente ‘crisis explícita’ del sistema de salud. La corrupción desenfrenada y el despilfarro de los recursos públicos no lo distraen de su verdadero propósito: mantenerse en el poder, mediante una constante retórica incendiaria, polarización y campaña del “todo vale”.
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