Cartagena: una ciudad abierta al mundo
A esta columna le da título la última obra del destacado historiador Alfonso Múnera. Es una hermosa edición auspiciada por el Grupo Puerto de Cartagena, cuyo gerente, Alfonso Salas, amén de su extraordinaria labor gerencial, se ha convertido en un gran promotor cultural.
Cuando en diciembre pasado llegó a mis manos, amistosamente enviada por Múnera, me puse a leer esta “travesía de cinco siglos” con la ingenua pretensión de comentarla en el espacio de una columna. Imposible hacerlo, pues a medida que se pasan sus páginas va apareciendo una densa biografía de Cartagena, desde sus orígenes hasta estos días tan inciertos como esperanzadores que estamos viviendo. Afortunadamente me encontré con una prosa culta y amena, con datos precisos que sorprende por su ritmo y su belleza. Yo, que he sido lector desordenado de cuanta memoria histórica llega a mis manos, no había encontrado nada similar sino en la Historia del Mundo (Salvat Editores1961) de Juan Pijoan, cuyos cinco tomos me leí en dos meses en los años sesenta del siglo pasado.
Pero, empecemos con el registro de un pequeño hecho de gran trascendencia: Los fundadores de Cartagena construyeron un puente para pasar de la islita Calamarí a las tierras continentales. Tuvieron, desde entonces, toda la extensión de Sur América para explorar y explotar.........
© El Nuevo Siglo Bogotá
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