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Una manito de gato al sistema político

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11.05.2024

El tema de la falta de representatividad social de la política no pareciera solucionarse en el debate valórico ni en la invención para los partidos de nombres de fantasía con un collar de apellidos sin rima.

Eso de “Pienso, luego existo”, si se toma en el sentido de que el pensamiento crea la existencia, es bastante absurdo, de manera que es muy fácil creer en ello (Credo quia absurdum, me susurra don Google). En realidad, lo que hace el pensamiento es empeñarse en negar lo existente… y no le ha ido mal. Alguien podría decir que la política es el arte de aquello, en cuanto se empeña en negar lo existente; para bien o para mal, como a usted le parezca.

Recordará usted que se trató de negar la existencia del desinterés por la política electoral, demostrado en la no inscripción en los registros electorales, declarando la inscripción automática; luego se negó la existencia del desinterés por concurrir a votar, declarando que se iba a castigar a los que no lo hicieran. Con esto todos quedaron inscritos y todos fueron a votar, la ciudadanía se transformó en una entusiasta de las contiendas electorales y se acabó el desinterés por la política.

Aterricemos aquí y ahora, porque en eso de negar lo existente estamos otra vez en lo mismo. En efecto, empiezan a levantarse voces proponiendo que, si no tenemos nueva Constitución y andamos a patadas con el orden, al menos hagamos un cambio en el sistema político, porque es sabido que la culpa siempre la tiene el sistema.

Por cierto, nadie pretende una gran transformación, pues seguramente vamos a seguir con eso de ser república, con democracia representativa, con presidencialismo, con división de poderes, con organismos autónomos y derechos repetidos hasta el mar. Los cambios que empiezan a plantearse para el sistema político pueden parecer una cosa poca, referida fundamentalmente al sistema de partidos políticos mediante el resquicio de meterle mano al sistema electoral.

El diagnóstico parece relativamente simple: hay muchos partidos políticos y eso resta eficiencia al proceso de toma de decisiones y su implementación. Esto contribuye, como tantas otras cosas, al desprestigio de la política de los que la trabajan. Aunque los números son relativos por definición, se considera que........

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