Ninguna comuna quiere una cárcel… ¿seguro?
El Gobierno, como autoridad central, debería reducir la resistencia que tiene la comuna de Santiago, al verse “perjudicada” con esta medida, compensándola mediante un esquema que reparta los costos implicados.
La externalidad negativa de tener una cárcel dentro de la comuna podría asemejarse, al menos en parte, a tener un vertedero de basura. Todas las comunas la necesitan o demandan su servicio, pero nadie lo quiere cerca.
El problema, entonces, es cómo distribuir el costo de tener una cárcel entre todas las comunas. Para cada una de ellas, la ubicación ideal sería que la cárcel estuviera fuera de su territorio, pero no excesivamente lejos. Esto supone un conflicto cada vez que se discute la apertura de una nueva cárcel.
Una vez que se define su tamaño óptimo de una cárcel, considerando variables económicas, logísticas, operativas y de administración, la ubicación de la misma estará sujeta a la disponibilidad de terreno técnicamente adecuado y........
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