Retomemos el control del comercio agroalimentario
En este breve resumen, parece útil mencionar, que los envíos a China han crecido desde un promedio de solo 209 millones de dólares durante 2003-2005, a $3.423 millones de dólares en el período de 2000-2002, en promedio, transformándose en el primer comprador de carnes, frutas y vinos de Chile.
El valor de nuestras exportaciones agrícolas y alimentarias creció rápidamente en los últimos 20 años y se triplicó, aumentando de un promedio de solo 7.264 millones de dólares durante el período de 2003-2005, a 19.929 millones de dólares, en promedio, durante los años 2020 a 2022, y a un récord de 23.131 millones de dólares en 2022. Cifras muy exitosas, sin duda. Aun así, creo que debemos preguntarnos si nuestro comercio agrícola y alimentario ha crecido y evolucionado, en la dirección correcta, ya sea bajo los impulsos del mercado y/o de políticas públicas. En una reciente columna (El Mostrador, 25 de diciembre) cuestioné la dirección en que nos movemos y los mercados que priorizamos (en ese caso era Vietnam) y sugerí que seguíamos haciendo “más de lo mismo”: exportando un puñado de productos con bajo valor agregado y sobreexplotando nuestros recursos naturales. En esta columna, examino –en algún detalle– los mercados y el portafolio de exportaciones chilenas y, lamentablemente, sigo sin poder “ver el vaso medio lleno”.
En síntesis, nuestras exportaciones de productos agrícolas y de alimentos (en adelante, exportaciones agroalimentarias), más allá de seguir entrampadas en la sobreexplotación y venta de recursos naturales, enfrentan una gran vulnerabilidad debido a su alta “concentración”: concentración en un puñado de productos, en un número limitado de mercados y en las operaciones de relativamente pocas grandes empresas. Para empezar, solo cuatro tipos de productos, agrupados bajo los Códigos HS02 (carnes), HS03 (alimentos del mar, principalmente pescado fresco y congelado), HS08 (frutas) y HS22 (bebidas, especialmente vino) concentran actualmente una parte significativa de nuestras exportaciones agroalimentarias (84%). Si agregamos oleaginosas (HS12), preparaciones de carnes y de alimentos del mar (HS16), y preparaciones de frutas y hortalizas (HS20), la cifra se eleva a 89%. Por lejos, los productos más vendidos son los alimentos del mar (6,063.8 millones de dólares, promedio anual) y frutas (6,774.6 millones). Claramente –creo– es solo un puñado de productos.
La concentración también se manifiesta en la elevada participación de unos pocos mercados. De hecho, los cinco principales importadores de productos agroalimentarios chilenos contribuyen con el 71% de nuestras exportaciones: EE.UU.;........
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