Vivir en conversión…forma de aliviar la enfermedad
La conversión como proceso de madurez humana no se logra de un momento a otro, como un cambio radical abrupto, sino que se consigue mediante un enfoque gradual, un proceso secuencial, que nos mueve progresivamente sobre un continuum de crecimiento espiritual.
El proceso de conversión implica “dejar atrás al hombre viejo y dar paso al renacer del hombre nuevo (…) es un largo proceso que comienza por una toma de conciencia, seguida de una crisis inicial y una decisión en el que hay momentos fuertes, momentos difíciles, y crisis de maduración donde debemos volver a elegir reiteradamente” para corregir nuestras fallas y errores e ir ajustando nuestro comportamiento “a las enseñanzas y principios proclamados y encarnados por cristo”, señala el sacerdote y escritor chileno Segundo Galilea.
El proceso incipiente de conversión, que comienza con la superación de nuestros defectos, es el que está a nuestro alcance…porque el proceso profundo de conversión, que implica la superación del pecado o de los principios quebrantados, requieren........
© El Informador
visit website