La climatización urbana concentra una parte sustancial del consumo energético y de las emisiones de CO2 asociadas. Por ello, además de impulsar la generación de energía renovable, la transición energética requiere optimizar cómo producimos, distribuimos y consumimos servicios térmicos en las ciudades. En este contexto, las redes urbanas de calor y frío se han consolidado en Europa como una infraestructura eficaz para descarbonizar los entornos urbanos, mejorar la eficiencia energética y reforzar la resiliencia del sistema energético local. Su relevancia se refleja en la normativa comunitaria, en particular en la Directiva (UE) 2023/1791 de Eficiencia Energética (DEE) y la Directiva de Energías Renovables (RED III) que establecen marcos regulatorios para impulsar la eficiencia y la sostenibilidad en los sistemas urbanos de calefacción y refrigeración.

España comienza a dar pasos firmes para acelerar su desarrollo, con la reciente publicación del proyecto de Real Decreto que regulará estas infraestructuras. El borrador legislativo plantea medidas como la creación de una ventanilla única y unidades técnicas especializadas........

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