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Radicalizar lo radical.

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17.09.2025

A estas alturas del gobierno Petro, en estos 3 años y poco más de un mes, todos los colombianos deberíamos estar de acuerdo en que hemos tenido un presidente en ejercicio muy polarizador y que su estilo ha sido el de un radical de izquierda. Muchos de los integrantes de su equipo han sido igualmente polarizantes y radicales en su ejercicio.

Invocar como ejemplo a Gloria Ramírez, o a Alfonso Jaramillo y a Irene Vélez y Cielo Rusinque, nos da la razón de sobra a quienes afirmamos categóricamente que el gobierno ha sido un gobierno radicalizado. Podríamos sumar a muchos otros, pero no podemos disminuirle el perfil al problema con sólo los ministros y sus cabezas visibles. La radicalización, el discurso de odio contra empresarios, contra la clase media, contra la clase alta, contra técnicos, contra blancos, contra negros, contra fuerza pública, contra instituciones como el Congreso, las Altas Cortes, contra los médicos, contra la Constitución, contra los canales privados, contra las concesiones, contra la explotación de petróleo, contra Israel … y un larguísimo etcétera, ha sido de todos los funcionarios de orden nacional.

Además de la larga lista de aquello que ataca Gustavo Petro y sus áulicos, tenemos que mencionar aquello a lo que alaba y adula: El consumo de narcóticos, y a los narcotraficantes del “gobierno” venezolano, a los indígenas que bloquean vías y dañan infraestructura, a los delincuentes, a los grupos armados, a los terroristas nacionales y a los de otras geografías como Hamás en Palestina… e, igualmente, un larguísimo etcétera.

Ahora bien, si este personaje se ha caracterizado por su radicalismo permanente, en redes, en discursos televisados, en visitas a pueblos,........

© El Diario