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A otro perro con ese hueso

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16.12.2025

Ciudad de México.- "Hoy en la noche no te dejaré dormir" -le anunció don Cárcamo a su esposa. "¿De veras?" -preguntó ella, ilusionada, pues hacía bastante tiempo no disfrutaba las mieles de himeneo-. "Sí -confirmo el añoso caballero-. Traigo una tos tremenda". La señora, pese a su decepción, le sugirió que viera a un médico. A más de verlo don Cárcamo le dijo de su tos. El galeno le recetó un frasco de aceite de ricino: "Pero, doctor -se desconcertó el paciente-. Esa es una purga". "En efecto -confirmó el facultativo-. La tos le seguirá, pero le va a dar miedo toser". "No porque me vean guaraches piensen que soy huacalero". Ese dicho mexicano incita a no dejarse guiar por las apariencias. El huacalero era el rudo jayán que en los mercados cargaba mercancías o aves -gallinas, generalmente- en el huacal, armazón de varas que sirve para contener y llevar cosas en la espalda. "Se le salió del huacal" era frase usada para describir la insubordinación de alguien con el superior. No necesito decir lo que son los guaraches, pues el vocablo se emplea todavía. Designa un tipo de calzado basto y rústico. "Al que no ha usado guaraches las correas le sacan sangre". Ese otro dicho describe el apuro de quien se ve de pronto en una........

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