Elecciones USA: el peor de los escenarios posibles
Por mucho que evolucionen las campañas electorales, al final, siempre puede acabar llegando un momento como el que están atravesando los demócratas ahora. La hora en la que dan igual el dinero y la tecnología, los expertos de todo tipo, incluso la sociología. El instante en que menos de diez personas entran en sala para afrontar un dilema sencillo y brutal.
“Esto no funciona. Si no actuamos ahora, mañana puede ser demasiado tarde. La elección es simple. Tenemos que decidir si aceleramos o si damos un volantazo”.
Son duras esas reuniones, de las que dejan cicatrices visibles muchos años después de la batalla. A la luz de los acontecimientos, tengo la sensación de que algo parecido tuvo que ocurrir en el equipo de Harris a mediados de la pasada semana. El rumbo no era bueno y se veía. Se veía desde finales de septiembre.
El lanzamiento de Kamala fue perfecto. Tuvo el efecto que tienen las cardioversiones. La operación fue de alto riesgo, pero devolvió a la vida el corazón del partido y del electorado. Como consecuencia, hubo un espasmo eufórico que la dirección supo aprovechar hasta la Convención de mediados de agosto.
TE PUEDE INTERESAR La trampa de Hubert Humphrey: el gran error de Kamala Harris que ya no puede remediar Lucas Proto. Nueva YorkEl mes siguiente, sin embargo, no trajo los resultados esperados. Los de Harris habían logrado la hazaña de darle la vuelta a las tornas. Se daban entonces las condiciones de abrir brecha, de ampliar una distancia demasiado estrecha. Lo intentaron recurriendo a productos publicitarios brillantemente acabados, aunque sin sustancia. Trataron de generar ruido demoscópico mediante la publicación de encuestas muy favorables, buscaron la profecía autocumplida. Pero las buenas noticias no llegaron.
A finales de septiembre, en algunos de los estados determinantes para el reparto del Colegio Electoral, comenzaron a verse las primeras décimas de mejora para Trump. Minúsculas en Nevada, Arizona, Georgia y Carolina del Norte. Simultáneamente, se secó la escasa crecida de Harris en Pensilvania y Wisconsin. Algo estaba pasando. Pasaba que la tendencia favorable a los demócratas se acababa la gasolina. El peor tramo para los intereses de Trump comenzaba a quedar atrás poco a poco.
TE PUEDE INTERESAR Pero... ¿qué hace Donald Trump friendo patatas en un McDonald's? Lucas Proto. Nueva YorkEn realidad, a lo largo de toda esta campaña, todo viene sucediendo de esa forma. Eventos que en otros momentos habrían generado súbitas alteraciones en las encuestas apenas han dejado huella en los sismógrafos. Está todo tan disputado que los movimientos de voto en todos los territorios parecen venir dados por cuentagotas.
A pesar de ello, vista casi a través del microscopio, la tercera semana de octubre volvió a ser propicia para Trump. Con los números en la mano, nadie sensato puede atreverse a darle por claro favorito. Quizá sí pueda decirse que Harris ha dejado de estar en cabeza, aunque fuese por poco, que ha perdido aquella escueta ventaja.
Abstrayéndonos de las encuestas, en términos de análisis puro, tiene........
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