Regresión impenitente
¿En qué momento nos convertimos en un país tan poco dispuesto a superarse a sí mismo y tan propenso, más bien, a involucionar hacia la mediocridad?
Dos noticias me han dejado perplejo esta semana. Una es que hemos vuelto a caer en el ránking de competitividad mundial que publica el Institute of Management Development (IMD) de Suiza. Ahora estamos en el puesto 63 de los 67 países que forman parte de la evaluación, y hemos retrocedido ocho posiciones. Bien al fondo de la tabla, apenas superando a Argentina (66) y Venezuela (67), lo que no debería ser consuelo para nadie.
Me hizo recordar que hemos venido cayendo inmisericordemente también en el índice del Instituto Fraser que mide el atractivo de un país para la inversión minera (en cinco años hemos pasado del puesto 24 al 59), y hemos dilapidado la credibilidad alcanzada para mantener el grado de inversión de las agencias calificadoras. Estamos a un paso de perderlo.
La segundo noticia acongojante es........
© El Comercio
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