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Por Sofía Gil Sánchez - @ladelascolumnas
Este año se cumple la mitad de un gobierno en el que el absurdo no conoce límites y la lógica es tan solo un rumor lejano. El Gobierno Nacional añadió a su repertorio de insensatez, la propuesta de intervenir las Entidades Promotoras de Salud (EPS) con el fin último de controlar su presupuesto.
El presidente Gustavo Petro asegura que su reforma a la salud frena la quiebra de las EPS, pero las acciones que lidera prueban todo lo contrario: la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) alcanzó una deuda con las EPS por $800.000 millones en el 2022 y de $500.000 millones en el 2023, y el Ministerio de Salud presentó una demanda contra 21 EPS.
La instrucción fue clara: sembrar dudas para cosechar desconfianza en el sistema de salud y así tener la posibilidad de consolidar una cacería con fines políticos de desestabilización que permita aprobar su reforma. Es difícil creer que las estrategias que surgen tras múltiples reuniones de planificación y doce años de candidatura no están fríamente calculadas o que ningún miembro del gabinete haya intuido que dentro de las consecuencias se encuentra un gran presupuesto disponible para los gestores del desastre de salud y que se pone en riesgo la vida de los colombianos.
No sorprende el deseo de liquidar Savia Salud y que todo el control del aseguramiento vaya a la Nueva EPS en Bogotá con su nuevo presidente Aldo Cadena, exsecretario de Salud de Bogotá de Gustavo Petro. En las manos de Cadena está la vida de 10,8 millones de afiliados y un presupuesto de $18 billones y, con Savia Salud en su poder, tendría 1.643.767 afiliados más y el regalo prometido de un total de $2 billones de ingresos en el 2022. El presidente le dio el poder a uno de los miembros de su círculo cercano de atender al 25 % de la población colombiana –sumando los afiliados de la Nueva EPS y los de las EPS intervenidas por la Superintendencia Nacional de Salud.
La Supersalud ha tenido bastante relevancia durante este gobierno, la demanda presentada por Minsalud a las EPS se sustentó en su informe de evaluación del cumplimiento de los indicadores. El criterio de elegibilidad para designar a una persona tan importante –no para la vigilancia y control de los actores del Sistema de Salud, sino para la ejecución de los deseos personales de su líder– se basa en prebendas burocráticas. Para su desgracia, la hoja de vida de Luis Carlos Leal Angarita, quien sería el nuevo superintendente de Salud, no cumple con el decreto 1083 de 2015 ni con el manual de funciones de la entidad.
La Adres, por su parte, maneja desde Bogotá $87 billones y, en los planes de convertirse en una gran EPS, fijaría su mirada en los $500.000 millones de Metrosalud y otras entidades de salud en las ciudades más importantes del país. Sólo a Gustavo Petro se le ocurriría que la administradora que tiene una gran deuda con las EPS, que vía decreto desfinancia tecnología y medicamentos costosos de las EPS, que para el 16 de enero no se había publicado su presupuesto y que causa incertidumbre, es la ideal para ser la pagadora única y manejar la totalidad de recursos del sistema de salud.
El Gobierno Nacional ha desfinanciado el sistema de salud, convirtiendo las urgencias en hospitales en bancarrota y donde los beneficiados se enriquecen a costa de lo que podría ser una masacre. Aplausos para el gran ilusionista que logró desaparecer algo más valioso que el dinero: la confianza en un sistema que debía cuidar a todos los colombianos.
Cuando la salud se convierte en una moneda de cambio, todos perdemos.
El progresismo sin creación de riqueza se queda en un discurso...
A esos nuevos proyectos hay que acompañarlos, conocerlos...
A partir de esta nueva época, vivimos en un mundo de mensajes...
Pero posiblemente el mejor mensaje, es aquel que envía Mazzucato,...
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El déficit fiscal para este año aumentó al 5,3% del PIB,...
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Por Sofía Gil Sánchez - @ladelascolumnas
Este año se cumple la mitad de un gobierno en el que el absurdo no conoce límites y la lógica es tan solo un rumor lejano. El Gobierno Nacional añadió a su repertorio de insensatez, la propuesta de intervenir las Entidades Promotoras de Salud (EPS) con el fin último de controlar su presupuesto.
El presidente Gustavo Petro asegura que su reforma a la salud frena la quiebra de las EPS, pero las acciones que lidera prueban todo lo contrario: la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) alcanzó una deuda con las EPS por $800.000 millones en el 2022 y de $500.000 millones en el 2023, y el Ministerio de Salud presentó una demanda contra 21 EPS.
La instrucción fue clara: sembrar dudas para cosechar desconfianza en el sistema de salud y así tener la posibilidad de consolidar una cacería con fines políticos de desestabilización que permita aprobar su........
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