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Por Mauricio Perfetti Del Corral - mauricioperfetti@gmail.com

La semana anterior la Cámara de Representantes aprobó la reforma a la salud. Esta reforma no solo es mala sino irresponsable; es un retroceso en términos de cobertura, acceso y equidad. Lamentablemente tendrá un impacto mayor en los hogares pobres, en los de condición de vulnerabilidad y en la clase media. Es una reforma que no facilita la construcción de un país menos desigual.

La reforma afecta las características esenciales de la ley 100 de 1993 y su desarrollo normativo, particularmente el modelo de salud en el que participaban entidades públicas y privadas que permitió un aumento sustancial en la cobertura. En 1992, el 28% (9 millones) de la población estaba cubierta (DNP, 2000), a finales del 2022 entre 97.0% y 99.0%% (más de 49 millones) tenía cobertura del aseguramiento universal. Estos resultados están en riesgo por la falta de diseño del sistema y de la transición, especialmente al acabar con la función de gestión del riesgo de salud que realizaban las EPS. Además, se ha omitido la complejidad en el manejo de las operaciones, procesos, registros y facturación propias del funcionamiento diario del sistema actual. La ADRES no tiene la capacidad para ejercer su nueva función de administrar los recursos de la salud.

Además, el denominado gasto de bolsillo que realizan las personas u hogares por la atención del sistema de salud en Colombia es considerado como bajo según diversos estudios. De acuerdo con la OCDE, Colombia es el segundo país con menos gasto voluntario (gasto en seguros privados y gasto de bolsillo) en un grupo de 50 países de diversos continentes; este también ha sido un logro importante de la ley 100. La reforma llevará a un mayor gasto de bolsillo pues la centralización de la operación y el manejo de todos los recursos de la salud en cabeza de la ADRES, el fraccionamiento del manejo de los riesgos de salud y la administración del sistema afectará el acceso, la atención y el suministro de drogas para enfermedades de alto riesgo, entre otros aspectos clave.

Por último, uno de los impactos positivos del sistema de salud actual ha sido su importante contribución a la reducción sistemática de la pobreza multidimensional. Dos de los factores que más influyen en dicha reducción son precisamente la menor proporción de hogares con privación de aseguramiento en salud o con barreras de acceso a estos servicios. La reforma también pone en riesgo dicho logro.

Se esperaba que el Congreso contribuyera a conservar la institucionalidad frente al cambio, sin embargo, lo que ha pasado en la Cámara y con los partidos políticos hace cierta la frase del exministro Hommes en X cuando afirma que “en Colombia estamos como ganado rumbo al matadero: nos van a dejar sin salud”. Les corresponde a las universidades, ciudadanos y organizaciones contribuir a grandes debates para levantar la voz y expresar los grandes desacuerdos con una reforma que empobrecerá al país.

La educación es de esos temas en donde no sirve quedarse...

Todo este sentimiento de no pertenencia llevó a Tere a habitar...

Lo que más duele de la corrupción, es que la conciencia...

En quince días el supuesto futuro se convertirá en pasado...

La educación es de esos temas en donde no sirve quedarse...

Todo este sentimiento de no pertenencia llevó a Tere a habitar...

Lo que más duele de la corrupción, es que la conciencia...

En quince días el supuesto futuro se convertirá en pasado...

Gracias a este caos, veremos en los próximos días a niños...

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Reforma irresponsable

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Por Mauricio Perfetti Del Corral - mauricioperfetti@gmail.com

La semana anterior la Cámara de Representantes aprobó la reforma a la salud. Esta reforma no solo es mala sino irresponsable; es un retroceso en términos de cobertura, acceso y equidad. Lamentablemente tendrá un impacto mayor en los hogares pobres, en los de condición de vulnerabilidad y en la clase media. Es una reforma que no facilita la construcción de un país menos desigual.

La reforma afecta las características esenciales de la ley 100 de 1993 y su desarrollo normativo, particularmente el modelo de salud en el que participaban entidades públicas y privadas que permitió un aumento sustancial en la cobertura. En 1992, el 28% (9 millones) de la población estaba cubierta (DNP, 2000), a finales del 2022........

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