Sepan. Cuando un escritor, o similar dice aquello tan manido de ‘te voy a contar mi vida’, determinados colectivos se calan el sombrero hasta las orejas y desaparecen haciendo mutis por el foro o por otra calle similar. Por lo descrito, y habiendo tomado buena nota de lo que un vecino me comentó paseando por la zona inmediata a las ‘cuatro calles’, me inclino (que no me agacho), y voy con las historias de otros.

Para entretener a quien leyere. Les cuento cosas de las fábricas del dinero que funcionaron aquí. En este tema la Casa de la Moneda que ‘mandó’ hacer en el paraje de El Parral, Felipe II en el siglo XVI, se lleva todos los elogios. Pero es que, entérense el que no sepa de ello, que en orden a la fabricación de dinero esta ciudad contó con ¿tres? edificios. El ya referido y dos anteriores. Del siglo XII es el primero, cuando reinaban Alonso ‘El Batallador’ y Doña Urraca. El dato se conoce por haber sido transmitido a lo largo del tiempo a través de monedas conservadas de aquella época. Otro dato que refuerza el anterior lo proporcionó Colmenares, que en su Historia de Segovia describió que ‘la casa de la Moneda, siglo XV, se encontraba en ruinas’. Ampliación para escépticos: si no fábrica, no ruinas. También he leído que en 1355 se comenzaron a labrar monedas de oro y plata.

Prosigo. Ante lo ‘malita’ que se encontraba aquella primera, se propuso a Enrique IV que se construyera otra. Se elige lugar: Corralillo de San Sebastián, en la parroquia del mismo nombre, al ladito del Acueducto por donde se llega a través del Postigo del Consuelo. De la Puente Seca, Acueducto para quienes sean de más lejos, se sacó un ramal que proporcionaba agua y movía la maquinaria. Estuvo funcionando hasta el año 1603, cuando ya ‘troquelaba’ la otra, la del Eresma.

El Ayuntamiento, según se desprende de lo siguiente, quería saber qué se podría hacer con la fábrica del Corralillo, edificio que estaba ya mayor, por más que siguiera fabricando. Visita técnica al lugar. En el posterior informe se dice, entre otras muchas cuestiones, que ‘en las dependencias de la fábrica de la moneda vieja hay una taberna’. Decisión municipal, cual Chaves hizo en Venezuela: ‘Quítese’. Unos años después, 1619, la Real Casa decide que se fabriquen monedas de ‘a 2 y sencillas’. Así, hasta que la Casa Real comunica al Ayuntamiento que se deje de labrar.

Los representantes de la Ciudad se ‘sublevan’ ante esta decisión. Piden un ‘taxi’ de la época y viajan a Valsaín. Se entrevistan ¿con el rey? Le ruegan que, arreglando lo que haya que arreglar, mantenga abiertas y en funcionamiento las dos fábricas. No hubo acuerdo. Ganó por K.O. y decisión ‘técnica’, o así, el equipo gubernamental.

De las excavaciones realizadas en la zona del Postigo, ya en el siglo XX, aparecieron cimientos de la que había sido en la antigüedad la Ermita del Consuelo. (2) Todo un lujo de ciudad, ayer y hoy.

En incendio de Fresno

¡Un teléfono! Mediados del siglo pasado. Hora, 2,30 de la madrugada. En la localidad de Fresno de la Fuente, -86 kilómetros la separan de la capital y 7 de Boceguillas-, un violento incendio va destruyendo por momentos el Parador del lugar. Ante la impotencia de los que querían apagarlo y la gran posibilidad de que se extendiera a viviendas limítrofes, se decide pedir la presencia de los bomberos de Segovia. Fresno, en ese tiempo, no disponía de teléfono por lo que hubo de ser un emisario el que se desplazara a Boceguillas para conectar con la capital. Llamada que se realiza a las 4 de la madrugada. Los bomberos, con el arquitecto municipal señor Ibarrondo Pastor al mando, llegaron a las siete de la mañana cuando ya era imposible recuperar nada. Hasta las 11,39 estuvieron apagando ‘focos’.

Además del edificio y los enseres del mismo, también se calcinaron 70 arrobas de cebada. El Parador, propiedad de Martín Egido, quedó totalmente calcinado. El valor de lo destruido superó las 675.000 pesetas. Tela. La información del suceso se publicó en las páginas en El Adelantado.

Un pasito ‘pa lante’. Por pura curiosidad y sin marchar muy lejos. De esto que les cuento ha transcurrido poco más de setenta años. En torno a la noticia he pensado (porque no cuesta), que pudiera ser que algún segoviano (lenguaje inclusivo), no conozca que en el teatro/cine Cervantes se desarrollaron combates de Judo y Jiu-Jitsu (artes marciales ahora). Comenzaba el espectáculo a las 7,30 de la tarde –por ejemplo sábado-, con el precio de la butaca en 8 pesetas, anfiteatros 3 y general (gallinero) (1) 1,50. El empresario concesionario del local, Tomás Velasco, vendía así el espectáculo: ‘lo más increíble jamás visto’.

Ese mismo día, en el cine Victoria, se ‘desenrollaba’ la película de la Fox ‘El Diablo dijo no’, Butaca 5 pesetas y entresuelo 3. No había gallinero. En el Juan Bravo, Rita Hayworth a toda pantalla a la que acompañaba Fred Astaire (¡cómo bailaba el tío, que envidia daba!) protagonizaban la ‘peli’ ‘Desde aquel beso’. En la señorial sala Sirenas estrenaban ‘La Casa de la calle 92’. Ésta fue ganadora del Oscar a la mejor historia de 1945. Era buena. Te pegabas a la butaca y durante 88 minutos ni te movías. Era febrero del 52.

Permítanme: ‘cuidado con los miedos, les encanta robar sueños, y si no tiene dinero, no compre’. Aplíquese donde procedente fuere.

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(1)Era el gallinero de un cine –arriba, arriba-, aquel lugar donde acudíamos los que teníamos los ‘reales’ justos para ver la peli y espacio donde el ‘acomodador’ de turno se ganaba el sueldo antes, incluso, de comenzar la peli. Gallinero auténtico.

(2) Determinados datos han sido recogidos del texto ‘Historia del Urbanismo en la Ciudad de Segovia’, de J. A. Ruiz Hernando. Es un extraordinario trabajo que todo segoviano debería conocer.

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Fueron tres las fábricas de moneda de la ciudad

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19.12.2023

Sepan. Cuando un escritor, o similar dice aquello tan manido de ‘te voy a contar mi vida’, determinados colectivos se calan el sombrero hasta las orejas y desaparecen haciendo mutis por el foro o por otra calle similar. Por lo descrito, y habiendo tomado buena nota de lo que un vecino me comentó paseando por la zona inmediata a las ‘cuatro calles’, me inclino (que no me agacho), y voy con las historias de otros.

Para entretener a quien leyere. Les cuento cosas de las fábricas del dinero que funcionaron aquí. En este tema la Casa de la Moneda que ‘mandó’ hacer en el paraje de El Parral, Felipe II en el siglo XVI, se lleva todos los elogios. Pero es que, entérense el que no sepa de ello, que en orden a la fabricación de dinero esta ciudad contó con ¿tres? edificios. El ya referido y dos anteriores. Del siglo XII es el primero, cuando reinaban Alonso ‘El Batallador’ y Doña Urraca. El dato se conoce por haber sido transmitido a lo largo del tiempo a través de monedas conservadas de aquella época. Otro dato que refuerza el anterior lo proporcionó Colmenares, que en su Historia de Segovia describió que ‘la casa de la Moneda, siglo XV, se encontraba en ruinas’. Ampliación para escépticos: si no fábrica, no ruinas. También he leído que en 1355 se comenzaron a labrar monedas de oro y plata.

Prosigo. Ante lo ‘malita’ que se encontraba aquella primera, se propuso a Enrique IV que se construyera otra. Se elige lugar: Corralillo de San Sebastián, en la........

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