El Molino de Papel (y II)
Habíamos ‘quedao', capítulo anterior, en la llegada del holandés Gregoris a España como invitado especial de Carlos II, siglo XVII, para conocer el lugar donde ubicar un buen molino y fabricar papel. Lo encontró aguas arriba del Eresma. La propiedad entonces la tenía Alonso Márquez de Prado, nacido en Segovia el 18/6/1616, Consejero de Castilla, Caballero de Calatrava… la actividad del molino entonces era escasa. Queriendo cambiar la situación, Gregoris pide a Alonso que le alquile el molino. La petición, sin embargo, tenía trampa, pues el holandés, pese a estar ‘patrocinado' por el rey, no disponía de medios económicos.
En ese ‘ambiente' de quiero el molino, pero no tengo posibles, Alonso –buena relación con la Casa Real y quizá por ello-, alquila su propiedad de forma ‘sui géneris' (muy singular). El contrato lo firman bajo las siguientes estipulaciones.
El propietario se compromete a:
-Adelantar 3.000 ducados para poder pagar salarios.
-La adquisición de comestibles y trapo para fabricar papel.
– 500 ducados en metálico…
Todo estaba ‘atado'. En Holanda y Alemania ficha Gregoris a los trabajadores. Todos ellos residían en viviendas de Palazuelos, por las que también la empresa había de ‘avalar' su renta. Pero… sobrevino en la ciudad una gran epidemia (peste y tifus o ‘tabardillo'), enfermando la gran mayoría de los trabajadores. Dos de ellos fallecieron. Eran los mejores oficiales contratados. El propio Gregoris estuvo a las puertas........
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