No cabía un alfiler. La Ermita de San Frutos estuvo colapsada en todo momento. Las misas de campaña fueron multitudinarias. El puente de ‘La Cuchillada’ resistió como un ‘jabato’ el paso constante de peregrinos. ‘No se ha visto en el lugar cosa igual’, comentaban los más mayores de los pueblos de alrededor.

¿Les han contado alguna vez cómo y cuándo se desarrolló la gran peregrinación diocesana a la Ermita de San Frutos? Sepa, quien no supiere, que fue en el año 1900. La convocó, in illo témpore, el obispo Ramón Quesada y Gascón, nacido en Almagro y que tan solo permaneció dos años en la diócesis, 1898-1900. Su inesperada muerte no le permitió presenciar la gran manifestación religiosa que había propiciado en la Ermita del santo eremita. Les describo cómo fue su gestación.

La convocatoria y la carta pastoral se publicaron en el Boletín Eclesiástico de 25 de septiembre de 1900 y su fecha de celebración el día en que se conmemora la fiesta religiosa del santo, 25 de octubre. A los efectos se nombró una junta central compuesta por Gaspar de Andrés y García, Maestreescuela de la Catedral y presidente de de la organización, Eugenio Sanz, párroco de San Martín, José Navarro, Abad Colegiata Real Sitio de San Ildefonso, Padre Prior Carmelitas y Superiores de Misioneros y Franciscanos, Así como los laicos, Mariano Quintanilla, Pablo González, y Mariano Guerra. Actuó de secretario Lucas Guerrero, Beneficiado de la Catedral.

La asistencia se declaraba obligatoria para las parroquias de la zona, desde Sepúlveda a Valle de Tabladillo, así como las de Cantalejo, Fuente el Olmo. Valdesimonte, Burgomillodo y Carrascal. A los efectos, se dividieron en tres agrupaciones, Villaseca-Sepúlveda, Cantalejo-Fuenterrebollo y Burgomillodo-Carrascal.

Mientras, el obispo animaba en su pastoral a la participación: ‘las peregrinaciones son un lazo que une a los católicos…’ Subir la áspera montaña de San Frutos una vez siquiera en la vida, con el mismo espíritu con que tantas veces la subió el glorioso patriarca, debería darnos ánimos a todos…’. Y llegó el día, y los datos, publicados en ‘El Diario de Avisos’, fueron elocuentes. Acudieron más de 12.000 personas. En el número estaban representadas todas las ‘capas’ de la sociedad segoviana.

Para recuerdo y conmemoración del acto dejó ‘señal’ con la Cruz de Hierro que sobre un pedestal de piedra se ubicó a la entrada de la Ermita. En el referido pedestal figuran grabadas las siete llaves que abrían las puertas de Sepúlveda. La cruz tuvo iluminación con antorchas la noche del 25 al 26 de octubre. Sin embargo, la fiesta de la Cruz fue la noche de final de año de 1900. El acto reunió a un gran número de personas que festejaron y cerraron así, sobre todo durante la noche, la invitación a peregrinar que había realizado el obispo Quesada, al que la muerte, ya referida, sucedió en La Matilla el 13 de septiembre de 1900, no dejó ver el éxito de su convocatoria. En 1931 la Ermita obtuvo la declaración de Monumento Histórico Artístico.

¡Esta sí que es buena!

Tenía reservado este espacio para hilvanar un ‘reportaje’ que iba a versar sobre el sexo de los ángeles. Pero, al contar las letras me faltaban tres o cuatro para cerrar. Me puse a buscar, y encontré lo que se describe.

Espero que los que leyeren sepan, por tradición, que en las ‘cajas’ de los ayuntamientos dinero, lo que se dice dinero, no se ha encontrado (casi) nunca. De ahí parte la siguiente información. Inicios del siglo XX. La Ciudad, representada en el concejo, no tenía medios económicos para pagar la nómina de los funcionarios de un mes determinado (junio). La nómina total ascendía a 10.000 pesetas. Consistorio que se reúne y, después de debatir el dónde, el cómo y el cuándo, no se encuentra solución. El señor alcalde, Rufino Arango y García, dice: ‘déjenlo de mi cuenta’. Y así fue. De su cuenta particular en el banco sacó el dinero necesario y pagó a los funcionarios.

No sé si encontró el alcalde el reintegro en algún momento, pues donde no hay…

Juntos, que no revueltos

De lo que se narra ahora han transcurrido 540 años. Verán. Existía en aquel lejano tiempo en la ciudad una cofradía en la que se unían los Herradores. Habían ‘escogido’ como patronos a San Eloy y San Antón. Como peculiaridad a destacar: se agrupaban en ella tanto cristianos como moros. Convivencia normal. Sus reuniones las llevaban a efecto en la iglesia ¿capilla? de San Antón el Viejo, ubicada entre el Hospital de la Misericordia y la Puerta de San Cebrián. Leyendo al Doctor en Historia, José Antonio Ruiz, me entero que pasados los años, cuando ya la referida iglesia se arruinó, la procesión que anualmente celebraban se hizo desde la iglesia convento de Capuchinos (1) hasta el Hospital/iglesia de San Antón, en el barrio de Santa Eulalia, zona donde se ubica la Academia de Artillería y lugar concreto donde también estuvo su picadero.

Ruido de motores

Principio del siglo XX. Comienza el ‘movimiento’ por las calle de la ciudad de vehículos a motor. El que se colocó en su carrocería del SG-1, fue un ‘Herald’, matrícula expedida el 27 de junio de 1910. Era su propietario Luís Herranz Velázquez. Cuatro años después el parque automovilístico en Segovia había aumentado en ¡doce vehículos! La matrícula SG-13 se expidió en abril de 1914. Vehículo marca Renault. Y si el lector quiere pasar hoja para saber más, dejo constancia que en España se matricularon entre 1911 y 1914, 7.794 ‘motores’. En Segovia, referido a los años 1961 a 1965, se matricularon 3.065 vehículos. Luego… luego llegó la ‘marabunta’ (2).

______________

(1) En ese lugar se levantó después el referido convento. (Mariano Sáez, ‘Las Calles de Segovia’). La romería de San Antón se celebraba el 17 de enero.

(2) Describe la RAE: ‘población masiva de ciertas hormigas migratorias, que devoran a su paso todo lo que de comestible que encuentran’. No es lo mismo, pero casi.

QOSHE - Doce mil peregrinos en la ermita de San Frutos - José María Martín Sánchez
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Doce mil peregrinos en la ermita de San Frutos

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08.02.2024

No cabía un alfiler. La Ermita de San Frutos estuvo colapsada en todo momento. Las misas de campaña fueron multitudinarias. El puente de ‘La Cuchillada’ resistió como un ‘jabato’ el paso constante de peregrinos. ‘No se ha visto en el lugar cosa igual’, comentaban los más mayores de los pueblos de alrededor.

¿Les han contado alguna vez cómo y cuándo se desarrolló la gran peregrinación diocesana a la Ermita de San Frutos? Sepa, quien no supiere, que fue en el año 1900. La convocó, in illo témpore, el obispo Ramón Quesada y Gascón, nacido en Almagro y que tan solo permaneció dos años en la diócesis, 1898-1900. Su inesperada muerte no le permitió presenciar la gran manifestación religiosa que había propiciado en la Ermita del santo eremita. Les describo cómo fue su gestación.

La convocatoria y la carta pastoral se publicaron en el Boletín Eclesiástico de 25 de septiembre de 1900 y su fecha de celebración el día en que se conmemora la fiesta religiosa del santo, 25 de octubre. A los efectos se nombró una junta central compuesta por Gaspar de Andrés y García, Maestreescuela de la Catedral y presidente de de la organización, Eugenio Sanz, párroco de San Martín, José Navarro, Abad Colegiata Real Sitio de San Ildefonso, Padre Prior Carmelitas y Superiores de Misioneros y Franciscanos, Así como los laicos, Mariano Quintanilla, Pablo González, y Mariano Guerra. Actuó de secretario Lucas Guerrero, Beneficiado de la Catedral.

La asistencia se declaraba obligatoria para las........

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