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Avenida Claret: los vencejos posibles culpables de las chapuzas

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26.07.2024

‘¡Hay, hay, hay, hay, canta y no llores…’ De la canción tradicional mexicana Cielito Lindo, compuesta por Quirino Mendoza hace la ‘friolera’ de 142 años. Se la sabía ‘to’ el pueblo y uno mas. La ponían en ‘escena’ los amigos de la pareja cada vez o en cada ocasión que él la dejaba a ella, o ella a él o, bien, cuando tras una apuesta, al que perdía se la ‘colgaban’ en la espalda. No obviando que ‘exportada’ como ranchera la bailaba hasta el apuntador.

Y si no me vuelve a fallar mi desperdigada memoria –que ya le vale- creo que ‘iba’ por el ‘camino de los adoquines’ y, mira tú, que el pensamiento me dirigió a la celebérrima avenida del P. Claret de la mítica ciudad de Segovia. Más no crea el lector que voy a seguir la línea de los grandes descriptores sobre sucesos varios que hubo de aguantar la descrita vía. Que no. Mi ‘tesis doctoral’ llega de la mano del ¡adoquín!

Sepan. Los adoquines se colocan sobre cemento de hormigón hidráulico de 0,15 de espesor y un lecho intermedio de arena del 0,6, finalizando obra con el ‘rejuntado’ por medio de una lechada de rico y fluido mortero de cemento.

Sepan. Donde más y mejor se trabajaba el adoquín –así fue durante muchos años-, era en las canteras de la localidad madrileña del Hoyo de Manzanares (1). Eran de piedra granítica y una vez colocados en calles, plazas y avenidas, bien afirmados ya, se pasaba sobre ellos el........

© El Adelantado


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