Don Jesús Peregrín, entre lo hunano y lo divino
Pensaba para sus adentros cómo definiría a esta persona, en el hipotético caso de que tuviese que presentarla a alguien que no le conociese. Seguramente diría que se trata de un “gran hombre” menudo y enjuto, humilde y bondadoso, un hombre de mirada sincera, que siempre te recibe con una sonrisa y una palabra amable. Una persona cuya vida es un ejemplo de coherencia y entrega a los demás ignorándose a sí mismo, que siempre ha vivido rodeado de jóvenes, generación tras generación, y un alma tan grande como un templo. Cientos de personas se le han acercado a lo largo de su vida tanto para pedir como para ofrecer y siempre han sido recibidas con respeto, sin........
© Diario de Almería
visit website