La vida sin ETA
Vuelta la burra al trigo. El PP no sabe vivir sin ETA. Hasta se tropieza. Su giro social solo era un espejismo. Ilusión fugaz. Puro trampantojo. Regresa al monte. Otra vez aullidos, manoseo de las víctimas, churras con merinas, desvarío argumental. La fatídica consecuencia de una ineficacia supina que tiene visos de arrastrarles al desconcierto interno durante bastante tiempo, salvo que la UCO lo remedie. De momento, una devastadora imagen de insolvencia. Un bochornoso ridículo que navajea la solvencia de cualquier partido con aspiraciones de gobernar un país. Ahora bien, solo responde a la amarga consecuencia de un grupo parlamentario popular inconexo, agrietado por envidiosas suspicacias y, fundamentalmente, sumiso a una abominable testosterona en ausencia clamorosa de unos cuantos gramos de masa gris.
El PP se ha empantanado paradójicamente cuando empezaba a tener el viento a favor. Se ha visto atrapado por la destructiva mezcla que supone la sonrojante evidencia de una inoperancia manifiesta de demasiados diputados y asesores, agravada por la desquiciante torpeza exculpatoria de su aturdida dirección.........
© Deia
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