Iban a asaltar los cielos
Ay la gauche divine! El desengaño como su apestosa realidad. Aquella ilusionante rebeldía corre marchita una década después por el desagüe del arribismo, la traición inmisericorde o la miserable depravación sexual. Aquella profecía despechada del asalto a los cielos queda diluida en una orfandad electoral, un cainismo aniquilante y una desideologización sometida al rigor de una angustiosa supervivencia. Es el desencanto de un estrepitoso fracaso político que, desde luego, gangrena la solidez de la izquierda cuando pretenda evitar a medio plazo la llegada de la derecha al poder. Paradójicamente, aquel Iñigo Errejón, aplaudido ideólogo de la política regenerativa, viene a echar demasiadas paladas de tierra con su degenerado comportamiento personal sobre la credibilidad y solvencia del espacio situado a la izquierda de un PSOE que también rumia su desdicha, asediado por la corrupción y una galopante soledad.
Errejón arrebata todas las portadas a Ábalos. Fatídicamente le gana en perversión. Provoca más repulsa con su degeneración. Resulta mucho más abominable. No hay excusa para este........
© Deia
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