La xenofobia como discurso de poder
Que una de las premisas de campaña y empeño de gestión de Donald Trump es contra la migración, no es tema nuevo. Que desde el principio sus esfuerzos han estado enfrascados, sin medias tintas, en limitar la entrada masiva de migrantes, y que lo expresa y ordena y promete casi con odio, con una obsesión enfermiza, es evidente.
Es asunto constante en su arenga, se lo aplauden los seguidores más radicales. Sus electores saben que es una trama que le absorbe, y él también entiende que es una tesis segura, que, con ese argumento, aunque a veces sin fundamento, se gana a un sector que se siente amenazado por el extranjero que llega, ese mismo “forastero” que soporta parte de la economía de Estados Unidos, como la de servicios.
Pero una cuestión es oponerse y regular el éxodo desordenado, abordarlo como una preocupación natural de Estado y otro es llamar la atención con falsas noticias, intentando satanizar a una población, sembrando descontento hacia........
© Cubasí
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