Qué nos dejó la IV Cumbre CELAC-UE
Expresamos nuestro agradecimiento a la República de Colombia por su hospitalidad y liderazgo durante su presidencia pro tempore de la CELAC, y reafirmamos nuestro acuerdo de mantener un diálogo político de alto nivel de carácter bienal, mediante la celebración futura de la Quinta Cumbre UE–CELAC en 2027 en Bruselas, así como reuniones a nivel ministerial y un mecanismo de coordinación consultiva entre la Unión Europea y la CELAC que garantice la continuidad y el seguimiento de la Hoja de Ruta 2025–2027 y de
las reuniones de alto nivel.
Así concluye la Declaración conjunta de la IV Cumbre UE–CELAC, celebrada en Santa Marta, Colombia, el pasado 9 de noviembre, y que ha dejado al descubierto puntos medulares de las relaciones entre ambos continentes.
Debemos partir de que tanto la Unión Europea (UE) como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) son importantes bloques regionales, no exentos de contradicciones internas y desafíos colosales para garantizar sus principios fundacionales.
El bloque europeo lleva como ventaja, por solo mencionar algunos elementos, más años de experiencia en la relación conjunta, una fuerte estructura organizativa y el uso de una moneda común (euro) por la mayoría de sus miembros. No obstante, sus desafíos en materia de integración son evidentes en las contradicciones al abordar temas de política exterior, de seguridad de cada país y su relación con la OTAN, el grado de relaciones con Rusia y la postura respecto a Ucrania, por solo mencionar algunos.
Por su parte, la CELAC no está en su momento de mayor fortaleza, pese al reingreso de Brasil, la mayor economía de la región. Fue el mismo presidente Luiz Inácio Lula da Silva quien expresó: “América Latina y el Caribe........





















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