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Lenin a partir de 1917 y la teoría de la democracia: una mirada ecomunitarista

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30.01.2024

Hace poco se recordó el centésimo aniversario de la muerte de Lenin. Aquí, a modo de homenaje crítico, abordaremos en óptica crítica ecomunitarista y brevemente la concepción que de la Democracia se hizo Lenin a partir de 1917. Así aclaramos de entrada que nos referiremos aquí solo a lo que dijo y escribió Lenin acerca de la democracia, rescatando algunos pocos de sus pronunciamientos medulares sobre el tema, y no analizaremos la coherencia con la que aplicó o no dicho pensamiento en su práctica (y la de su Partido desde 1917 hasta la muerte de Lenin en 1924) tras la Revolución de octubre.

Para estas líneas recuperamos la selección de textos leninistas que hasta ahora habíamos publicado solo en un libro escrito en portugués (López Velasco 2017).

Y mostraremos que si al principio de la Revolución triunfante en octubre de 1917 Lenin tenía una visión muy democrática del nuevo orden soviético, por lo menos desde 1921 y hasta su muerte deja entrever otra visión, más estrecha-partidista, que preanuncia el estalinismo (a pesar de la crítica explícita de Stalin que Lenin estampó en su llamado Testamento político).

Por último, finalizaremos este trabajo reiterando algunas ideas fundamentales acerca de la democracia en perspectiva ecomunitarista.

El intento revolucionario de 1905 había visto nacer espontáneamente en Rusia a los soviets, que funcionaron como órganos de democracia directa de los trabajadores, que, reunidos en asambleas, elegían a sus delegados revocables. En febrero de 1917 muchos obreros, campesinos y soldados, reaccionando ante la masacre de la Primera Guerra Mundial (y la explotación, y el hambre), de la que eran las principales víctimas en Rusia, reorganizándose en soviets, derribaron a la monarquía en ocho días.

El 3 de abril Lenin llega desde Finlandia a Petrogrado y defiende la tesis de que la revolución en curso debe orientarse hacia el socialismo, bajo la dirección de la clase obrera (en alianza con los campesinos e incorporando a los soldados) e hizo suya la bandera que había aparecido en una manifestación con la consigna "Todo el poder a los Soviets".

Al principio de setiembre el Comité Ejecutivo del Soviet tenía una débil mayoría favorable a Kerensky (97 votos) contra 86 votos que defendían la toma del poder por los soviets. Una semana después 229 de los delegados del soviet de Petrogrado votaron por un gobierno de trabajadores y campesinos, habiendo 115 votos contrarios y 51 abstenciones. Aquí vemos cómo la Revolución de octubre se preparó con el recurso democrático de votaciones de los delegados de los trabajadores, campesinos y soldados. Por idea de Lenin la insurrección del 24 y 25 de octubre de 1917, que depuso al gobierno provisorio y estableció el poder de los soviets, coincidió con la apertura del segundo Congreso de los Soviets de Rusia. (Kerensky abandonó Petrogrado en un vehículo proporcionado por la embajada norteamericana).

De inmediato en el diario "Rabotchi i Soldat", aquel Congreso publicó una "Declaración a los trabajadores, soldados y campesinos" que resumía la significación de la nueva revolución: "El gobierno provisorio ha sido depuesto. La mayoría de sus miembros ha sido arrestada. El poder de los Soviets propondrá una paz inmediata y democrática a todos los pueblos y el armisticio inmediato en todos los frentes. También asegurará la entrega sin indemnización de las tierras de los terratenientes y de los monasterios a disposición de los comités campesinos. Y defenderá los derechos de los soldados procediendo a la democratización total del ejército. Establecerá el control obrero de la producción. Asegurará la convocación de la Asamblea Constituyente. Asegurará también a todas las naciones que pueblan Rusia el derecho de disponer de ellas mismas".

En esa declaración están condensadas ideas fundamentales de la nueva democracia que pretende instalar la revolución de octubre. El control obrero sobre la producción (reivindicada por Marx) rompía el monopolio capitalista sobre los medios urbanos de producción, y la tiranía que aquellos ejercían a través de sus representantes (capataces, jefes de personal, etc.). Recuperaremos esa idea en nuestra propuesta de democracia ecomunitarista.

La entrega gratuita de las tierras a los comités de campesinos realiza una transferencia similar del poder en el medio rural, liquidando la dictadura de los terratenientes (y la nobleza y los latifundios pertenecientes a la Iglesia, que de ellos hacían parte). Por primera vez se da a los campesinos la gestión de sus vidas, por vía democrática. Incorporaremos esa idea en nuestra propuesta de democracia ecomunitarista.

El ímpetu democrático se lleva incluso hasta al interior de ese paradigma de la falta de democracia (por la disciplina vertical que no se puede cuestionar so pena de graves sanciones, incluso la pena de muerte) que es el ejército. Habremos de pensar esa idea en los organismos militares que tengan que sobrevivir, por lo menos provisoriamente, en la marcha hacia el ecomunitarismo.

La reorganización del imperio ruso como una unión-federación de naciones instala la democracia como mecanismo de solidaridad horizontal entre pueblos, antes dominados verticalmente. En base a esa idea, aplicada hasta el respeto de la decisión soberana de separación, Finlandia logró pacíficamente su independencia (en gestión aprobada por Lenin), que mantiene desde entonces. Retendremos esas ideas en los contextos nacionales (en los Estados Plurinacionales) e internacionales en nuestra propuesta de democracia ecomunitarista.

Condición para la mejor realización de todas esas vivencias democráticas era la paz, defendida sin ambages contra una carnicera guerra inter-imperialista.

El análisis de la democracia revolucionaria rusa y luego soviética (la URSS fue creada en 1922 y Lenin muere en 1924), desde su inicio hasta su fin en 1991, merece por sí sólo una voluminosa obra. Ahora, como ya lo dijimos, en este trabajo nos contentaremos con recordar algunos textos capitales de Lenin acerca de la democracia soviética, y a comentarlos brevemente en óptica ecomunitarista.

Vayamos pues al grano.

Lenin, en la sección "El desarrollo de la organización soviética" del texto "Las tareas inmediatas del poder soviético" (publicado en el nº 83 de "Pravda" el 28 de abril de 1918) aclara de entrada que la democracia soviética (que dice es una forma superior de democracia que supera la deformación burguesa de la misma, que, en afirmación discutible, -dice- que los pobres jamás la hacen suya) es la de las masas trabajadoras y explotadas, excluyendo explícitamente a la burguesía; y en ella "desaparecen todas las formalidades y restricciones burocráticas en las elecciones: las propias masas determinan las normas y el plazo de las elecciones, gozando de plena libertad para revocar a los elegidos". Así, dice, "se aborda por vez primera la tarea de que aprenda a gobernar y comience a gobernar realmente toda la población", y más adelante machaca: "Nuestro objetivo es lograr que cada trabajador, después de ‘cumplir la tarea’ de ocho horas de trabajo productivo, desempeñe sin retribución las funciones estatales. El paso a este sistema es particularmente difícil, pero sólo en él está la garantía de que se consolide definitivamente el socialismo", generando condiciones "que permitan el comienzo de la extinción del Estado". Dándole importancia decisiva a los soviets, Lenin advierte que "Existe la tendencia pequeñoburguesa a convertir a los miembros de los Soviets en ‘parlamentarios’ o, de otro lado, en burócratas. Hay que luchar contra esto, haciendo participar prácticamente a todos los miembros de los Soviets en el gobierno del país", aplaudiendo la fusión de los mismos con los Comisariados (que ejecutaban la gestión diaria de cada área). Reconociendo que se cometen y cometerán muchos errores en esa gigantesca transformación de la democracia, insiste: "La lucha contra la deformación burocrática de la organización soviética está garantizada por la solidez de los vínculos de los Soviets con el ‘pueblo’ -entendiendo por tal a los trabajadores y explotados- por la flexibilidad y elasticidad de esos vínculos"; y agrega, después de volver a criticar al parlamento burgués y la obsesión por la Asamblea Constituyente: "Es precisamente esta proximidad de los Soviets al ‘pueblo’ trabajador la que crea formas especiales de control desde abajo -derecho de revocación, etc.-, que deben ser desarrolladas ahora con un celo singular. Por ejemplo, los Consejos de Instrucción Pública, como conferencias periódicas de los electores soviéticos con sus delegados para discutir y controlar la labor de las autoridades soviéticas en este terreno, son dignos de la mayor simpatía y apoyo", pues si las funciones ejecutivas son confiadas a personas singulares con gran poder, "...tanto más variadas habrán de ser las formas y los métodos de........

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