Este documento no es solo un texto; es un acto de soberanía intelectual y un homenaje a la Arquitectura de la Unidad que mi abuelo Coronel Luis Felipe Marin Zerpa practicó con el ejemplo.

Aquí un documento, diseñado para ser leído por el pueblo llano, pero con la profundidad necesaria para que los actores políticos sientan el peso de su mensaje.

Ante las recientes narrativas que circulan sobre la Expedición del Falke de 1929 y la participación de figuras civiles en aquel desembarco, me veo en la obligación ética de ofrecer una respuesta que restablezca la jerarquía de los hechos: "La historia no debe ser fragmentada para conveniencias del presente'.

Es un hecho documentado que, tras la caída heroica de Pedro Elías Aristeguieta en Cumaná, fue mi abuelo, el Coronel Luis Felipe Marín Zerpa, quien asumió el papel de "puente" y salvaguarda de los sobrevivientes.

En un acto de hidalguía que hoy parece olvidado, el Coronel -hombre de leyes y juez-, decidió no abandonar a los jóvenes intelectuales Ricardo Zuloaga Blanco y Rafael Vegas.

Su captura en la alcabala de Cedeño no fue un error táctico, sino el precio que pagó voluntariamente para no dejar a la deriva a estos ciudadanos en un territorio que no conocían.

Sin embargo, esta respuesta también es una toma de posición política necesaria ante la crisis que atraviesa nuestra nación: "Fijo mi postura de no apoyo al gobierno, cuya gestión dista de los ideales de........

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