Entre comegorgojos y alienígenas (ficción política)
Había una vez un país asediado por incontables desaprobaciones y envidias de muchos otros. Este país, inmensamente rico al grado que las excretas de sus habitantes se transformaban en oro después varias horas expuestas al sol, se granjeó mortificantes enemistades por negarse a regalar su riqueza. En un mundo globalizado, con dueños y lacayos por doquier, ese país se había inventado que sus bendiciones y dones eran suyos y de nadie más, y que, para acceder a su posesión, era menester pagarlos o intercambiarlos por otros bienes.
Tales condiciones, fortuna y tan odioso gentilicio, derivaron en una mesa de guerra, donde los poderosos le recitaron que el mundo tenía dueños, que estos eran el motor de las cosas creadas y que, en consecuencia, todos debían cooperar ofreciendo sus dotes para el cabal funcionamiento. Es decir, en términos políticos y económicos aproximativos, que la sociedad humana era de naturaleza capitalista y que su riqueza se obtenía de modo comunista.
Los líderes de aquel singular país respondieron "¡No!", que no podían creer que los demás se creyeran el cuento y que sus tierras y sus tesoros les pertenecían. Que no era imaginable que no pudiesen existir otras maneras, dignidades... De inmediato se suscitó la guerra, en la que participaron hasta sus........
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