El alma del hombre bajo el socialismo
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La imagen de Oscar Wilde se confunde con la de un esteticista dandy irlandés aficionado a las frases ingeniosas, condenado en un desdichado juicio sobre sus preferencias sentimentales. Algunos recuerdan El retrato de Dorian Gray, su demoníaca novela sobre una imagen que acumula los rasgos de degeneración física y moral de los cuales queda mágicamente exento su modelo. Pocos saben que era socialista, y que defendió la causa colectiva de la humanidad bajo el contradictorio estandarte del Individualismo. En su medular ensayo de 1891 El alma del hombre bajo el socialismo resuelve magistralmente las antinomias que tal empresa suscita, alegando que "la principal ventaja que resultaría del establecimiento del Socialismo es, indudablemente, el hecho de que el Socialismo nos libraría de la sórdida necesidad de vivir para los otros que, en el presente estado de cosas, presiona tan duramente sobre casi todo el mundo" (https://www.marxists.org/reference/archive/wilde-oscar/soul-man/).
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La argumentación de nuestro dandy parte de la base económica. Es un lugar común de las más diversas tendencias la idolatría hacia el trabajo. Pero existen dos tipos de labor. Según Wilde, "Mucha gente, en el presente, a raíz de la existencia de propiedad privada, puede desarrollar un muy limitado Individualismo. Son los que no necesitan trabajar para vivir, o pueden elegir la esfera de actividad que realmente se aviene a su personalidad y les brinda placer. Son los poetas, los filósofos, los hombres de ciencia; en una palabra, los hombres auténticos, los........
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