Esto no es una propaganda electoral
Seremos el mismo país, pero de alguna manera reiniciados. Aunque continuarán (¡qué terrible!) las mismas tendencias características de nuestra condición dependiente y subdesarrollada; de todos modos, habrá la sensación que se pasa a otra fase. El pueblo, esa masa informe, ese espíritu, esa complejidad incalculable, se expresará de alguna manera en los votos emitidos y contados, discutidos, defendidos y movilizados. Y esa voz quedará ahí como un mandato para dar el siguiente paso, para levantar la vista y descubrir un nuevo horizonte que, quizás, muchos no han siquiera vislumbrado por estar con los ojos clavados en el terreno peligroso y accidentado por el que hemos caminado hasta aquí.
No se trata de esperanza, porque las expectativas se han moderado hasta la mera sensatez. Todo el mundo sabe que el conflicto sigue, con nuevas formas, en nuevos escenarios. Además, arreglar todas esas cosas que hay que arreglar, no digamos "mejorar", cualquiera con tres dedos de frente, sabe que tardará mucho tiempo, mucha habilidad y mucha capacidad. Tal vez aprendamos que cuando se habla de "largo plazo", uno se refiere a un período de, por lo menos, 30 años. Las soluciones vendrán (quizás) a largo plazo. Para los que hoy nacen. Lo urgente, como siempre se comerá lo importante, es cierto. Pero, ojalá, alguien levante la mirada sin tener que tropezarse con un hueco. Tampoco se trata de fe. Parafraseando a Lennon: no hay infierno debajo de nosotros, tampoco un paraíso arriba. Solo habrá un cielo lleno de nubes grises, de lluvia torrencial, porque el cambio climático ha acelerado la formación de huracanes y tormentas en el Caribe, y siempre estaremos en el Caribe.
Las elecciones no son la solución definitiva. Puede que solo sean una catarsis. O simplemente una demostración de fuerzas, que nos devuelve al inicio de todo: el conflicto. Será la constatación de que somos los mismos, aunque, quizás, con diferentes enamoramientos. En todo caso, pudieran convertirse en un........
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