Menos estoicos, más epicúreos
A la peñita de jubilados pobres pero contentos surgida de La Primavera
Siempre se ha dicho que las ciencias humanas y sociales son hijas de la crisis. Y no por lugar común resulta falso. El hombre es una invención reciente, decía el tan recordado por estos días Michel Foucault. Refería a que las ciencias de lo humano tienen poco más de siglo y medio. Nacieron de la mano de las consecuencias de las revoluciones científicas, burguesas e industriales modernas, consecuencias que trastocaron los lazos sociales tradicionales y dieron lugar a nuevas estructuras muy dinámicas, cambiantes, que generaron a su vez las clases sociales modernas y crecientes fenómenos anómicos como renovadas revueltas, delincuencia organizada y no organizada, suicidios, prostitución, corrupción y demás patologías sociales como las calificaría entre otros Durkheim.
La preocupación científica por lo humano, lo histórico y lo sociocultural va, entonces, de la mano con problemas serios de integración social. ¿Cómo podremos vivir juntos si el antiguo orden institucional ya no existe y el nuevo no termina de nacer en medio de un caos que atenta contra la misma vida humana? La teoría social moderna expresó esta angustia con dos conceptos y su aplicación al análisis de nuestro tiempo, a saber, los de "comunidad" y "sociedad" (Ferdinand Tönnies, Max Weber) que, con algunos matices, también expresó como "solidaridad mecánica" y "solidaridad orgánica" (E. Durkheim). Usemos, para abreviar, la primera nomenclatura. "Comunidad" (Gemeinschaft) significa una forma de integración social marcada por una identidad cultural compartida en forma de sentimientos, emociones, creencias, valores y actitudes. Se trata de un lazo fuerte que nos une vivencialmente en familias, aldeas, amistades, grupos de barrios y nexos semejantes. Estas figuras comunitarias pueden ser por adscripción o por voluntad. Por adscripción cuando no he decidido mi pertenencia a ese grupo. Por ejemplo, nací en una familia que no escogí, con unas creencias que no decidí, en un país que no seleccioné. Sin embargo, también puedo decidir pertenecer a un grupo de amigos para jugar dominó y compartir nuestras experiencias de vida, o me hago miembro de un grupo convivencial en el barrio, o propongo formar pareja a quien quisiera amar. Otra cosa es la "Sociedad" (Gesselschaft). Aquí el lazo no es vivencial, emocional, sino funcional, racional, interesado en términos estratégicos. Si tengo un problema con las tuberías de la casa busco un plomero para que solucione el asunto. Si necesito empleo perfilo mi currículo a tal fin. Si me otorgan el empleo lo que me une con los otros empleados no es un lazo vivencial sino funcional. No estamos juntos por amar y valorar las mismas cosas, por compartir ciertas creencias, por unirnos para disfrutar nuestra compañía. No. Al plomero le pagaré su servicio con moneda de uso corriente y........
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