Red de Periodistas Venezolanas (RDPV) me censuró y suspendió por un análisis crítico de la propuesta de Gustavo Petro a Nicolás Maduro
El 11 de julio de 2024 fui admitida en el Programa de Formación Narrar Fronteras de la Red de Periodistas Venezolanas (RDPV) por tener un perfil "ideal para el programa". Fui postulada por la colega y cineasta colombiana Lita Rubiano Tamayo, directora del medio feminista Lucecitas de Maíz; aquí pueden leer mi carta de motivación, muestra de trabajos previos, tema de investigación y otros requisitos.
El viernes 19 de julio completé el proceso de selección al ser entrevistada por María Laura Chang, impulsora de la RDPV y coordinadora del Programa. Decidí postularme porque pensé que la RDPV era un periodismo con enfoque de género que podía incrementar mi calidad profesional y conocimiento en materia fronteriza, además de aportar a la diversidad de pensamiento y cualificar el ejercicio de la crítica en un país donde esta siempre viene con su carga de estigmatización.
Ya en 2018 fui becada por la Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (Reacin) y el Centro de Investigación y Actualización Profesional de la Universidad Católica Andrés Bello (CIAP-UCAB) en el programa de Seguridad Ciudadana. En 2023 fui la única mujer venezolana seleccionada entre más de mil postulantes para el Diplomado Internacional Verdad y Construcción de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia. Siempre respondieron mis preguntas.
Censura y omisión de las violencias simbólicas para el debate internacional
Durante los días posteriores a la elección presidencial del 28 de julio el grupo de WhatsApp del Programa se convirtió en un canal de información sin límites sobre la realidad del país y opiniones proclives a Edmundo González Urrutia y María Corina Machado. El 3 de agosto Pedro Luis Ramírez, uno de los pocos hombres admitidos, en el marco de su libertad de expresión, envía al grupo un sticker con la bandera de Venezuela de 7 estrellas. El 9 de marzo de 2006 la Asamblea Nacional de Venezuela incorporó la octava estrella para reivindicar el decreto de Simón Bolívar del 20 de noviembre de 1817 donde reconoce a la provincia de Guayana como firmante del Acta de Independencia.
Si bien la octava estrella se conoce como una reivindicación de Hugo Chávez su transgresión constituye violencia simbólica y política contra la memoria histórica nacional, la cual se da en contextos de protestas pacíficas y violentas, desestabilización generalizada y golpes de Estado en Venezuela, caos que, cabe acotar, es parte de nuestra normalidad. En el golpe de abril de 2002 entre las primeras acciones estuvieron quitarle el rango de Bolivariana a la República y botar el cuadro del Libertador Simón Bolívar ubicado en el Palacio de Miraflores. Es decir, este asunto que parece menor tiene una carga significativa.
Posterior al mensaje de Pedro Luis Ramírez, María Laura Chang envía un mensaje diciendo que estaban atentas al país: "Consideramos este espacio uno libre de violencia" y "No bloquearemos los comentarios por si cualquiera amerita comunicar algo". Respondí que la bandera de 7 estrellas es violencia simbólica y que si ella se refiere a que el grupo se considera un espacio libre de un tipo, algunos tipos o todos los tipos de violencias. No hubo respuesta a mi pregunta. Isabella González de La TV Calle e impulsora de la RDPV, respondió la vocal "A?", sin más.
La aprobación o negación de la octava estrella se enmarca en el debate de la doctrina bolivariana y monroista. Para ello es indispensable abrir, elevar y sobre todo cualificar el debate público en igualdad de condiciones, con conceptos base claros y argumentos sobre la violencia simbólica, mediática, epistémica y de género con autores/as clásicos/as como Bourdieu, Gramsci, Gayatri Chakravorty Spivak e intelectuales orgánicas de los feminismos populares del Abya Yala.
Análisis crítico de la propuesta de Gustavo Petro a Nicolás Maduro
El 15 de agosto de 2024........
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