La médula espinal del Capitalismo moderno
Todos somos mentalmente socialistas, porque sabemos que la sociedad se construye eyaculando y pariendo entre todos, pero hay un vacío en lo más profundo de nuestros corazones, que nos obliga a ser ambiciosos en las joviales horas de la mañana, envidiosos en las vespertinas horas de la tarde, y finalmente nos convertimos en seres capitalistas por la eternidad de la amarga noche.
Nunca pensé que lo haría una y otra vez con un sacerdote de 27 años. Aunque no fue mi primera vez, sí fue la primera vez que le mojé la sotana a un presbítero gocho.
Yo estaba viendo cómo armaban el pesebre para celebrar la Navidad, y mientras los fieles creyentes estaban pintando papeles y adornando el portal navideño, yo me quedé mirando fijamente al Padre que estaba agachado y moviéndose mucho de puntillas, porque colocaba las cuerdas de luces eléctricas para iluminar el pesebre de la capilla.
Para mi sorpresa y mientras el presbítero estaba agachado, mis ojos decidieron mirar con gran atención toda la banda elástica del calzoncillo del Padre, que estaba al descubierto debido a que su camisa le quedaba muy corta y él estaba estirando mucho su cuerpo, para poner correctamente las luces navideñas del pesebre, por lo que con tanto movimiento observé el calzoncillo del sacerdote.
En la banda elástica del calzoncillo del Padre decía en letras grandes "NIKEPRO", y se notaba que era un interior original de la marca Nike, por la gran calidad de impresión de las letras que estaban sobre la tela de algodón, donde también aparecía remarcado el gran logotipo de Nike.
Desde que observé la banda elástica del brillante calzoncillo del sacerdote, de una vez quedé como hechizado y mi mente repetía una y otra vez ¡Es original! ¡Sí es original Nike! ¡Es original!
Yo llevaba un par de meses buscando ropa interior original y de calidad. Había tenido malas experiencias comprando calzoncillos supuestamente originales de la marca Calvin Klein, pero tanto los interiores que compré virtualmente en MercadoLibre como los que compré físicamente en tiendas venezolanas, todos resultaron ser burdas imitaciones de la marca Calvin Klein, incluso los que decían ser originales fabricados en Egipto, también eran falsificaciones, y los que decían ser originales fabricados en Estados Unidos, también eran calzoncillos de mala calidad, con telas que mezclaban el poliéster y la licra, aunque afirmaban ilegalmente ser telas 100% de algodón.
Por eso cuando observé el calzoncillo del presbítero, yo sabía que era original de la marca Nike, se notaba que era un interior bien hecho, caro, cómodo y fabricado con la mejor tela. Aunque podría conjugar el verbo envidiar, no diré que envidié, sino mejor diré que aspiré tener el mismo calzoncillo que lucía el Padre, debido a que mis ojos, mi mente y mi corazón, lo consideraban como un calzoncillo original de la marca Nike, y yo soy del tipo de hombre que considera mejor comprar cinco costosos calzoncillos originales y duraderos, antes que tener treinta calzoncillos baratos y de mala calidad, que se descosen y se van rompiendo en menos de........





















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