“Enredado, pero no quebrado”
La actualidad está profundamente asediada de discusiones que no conducen a nada. O a poco. Tan engorrosa es la situación en general, que las complicaciones azotan las realidades. Pero a pesar de lo que está ocurriendo, en medio de tan entramado plano, están las verdades enarbolando sus demostrados argumentos. Las mismas, parecieran aves volando, aunque en ordenada bandada. Justamente por la disposición que mantienen en el demarcado espacio que configura tan complicada realidad. Esto bien lo explica la Teoría del Caos.
Pero, en lo específico, ese problema, más que político, es de ciudadanía. Y en efecto es así, pues la mirada está enfocada a lo que soporta tan gruesas y pesadas razones. Es ahí -precisamente- cuando se advierte que lo que sostiene tan macizo “volumen”, tiene la forma que perfila el ámbito: “educación”. Pues sus dimensiones destacan la silueta que sólo puede distinguir a la “educación”. El aroma que despide, es de “educación”. Y el color que distingue tan notoria corpulencia, es el de “educación”. De manera que no hay otra magnitud que se equipare, distinta de la que configura la “educación” en todas sus expresiones.
¿Dónde reside el problema?
La educación, es el único estamento político y ético-moral sobre el cual descansan las razones que mantienen el caos vivo y elocuente a todo dar. Definitivamente es así. Pero no por su presencia, sino por la........





















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