Enredo de pitos
Recuerdan ustedes, con toda seguridad, los libros para colorear de nuestra infancia. Tenían una página con un laberinto cuyos túneles debíamos seguir cuidadosamente con un lápiz de color, hasta encontrar la salida, que con frecuencia conducía de regreso a la casa de la infancia (la única que hay, verdaderamente) o a un sitio moralmente limpio, ya fuera por su belleza estética o su valor cultural. ¿Recuerdan nuestra inocencia, nuestras risas al ganar, es decir al llegar antes que otros compañeros de juego al final del laberinto?
Por desgracia, sólo pude disfrutar de estos libros pocos años. Porque. En cuanto la Gran Revolución castrista se asentó en el poder, lo primero que hizo fue convertir la educación en descarado adoctrinamiento. Todo, hasta el, antes, más inocente dibujo o texto dedicado a divertir o educar a los niños, se convirtió en una pieza ideológica al servicio de la Gran Revolución. Ya no había espacio alguno para la recta docencia, ni para inocencia, todo se convirtió en siniestra matraca castrista.
Bueno, tengo la impresión de que lo mismo está sucediendo, guardadas las debidas distancias, en la España sometida a la dictadura woke........© Vozpópuli
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