Como lágrimas en la lluvia
Las televisiones nos lanzan olas de calor a la cabeza (hay que cumplir con el adoctrinamiento climático) y los leguleyos y chupópteros varios nos complican la vida con fallidos tapones ¡salvemos el planeta! que vienen a sustituir tapones que funcionaban perfectamente, la mujer de Sánchez se pasea por el manicomio político español cual Emperatriz. Digo y diré en lo adelante sólo “la mujer del presidente”, que fue lo que hicieron los llamados medios “informativos” (hace unos días una reportera de Tele 5 nos “informaba”, desde la frontera con Francia, de la llegada de la exiliada Marta Rovira) con el novio de Ayuso. Hasta hacerlo desaparecer. ¿Alguien sabe el nombre de la pareja de Ayuso? Pues eso.
Y mientras la mujer del presidente nos hace el favor de acudir ante la Justicia escoltada por un ejército gracias al fiel chambelán Marlaska, siguen llegando a Canarias miles de africanos sin que el Marido Emperador haga nada por evitarlo. Bastaría con interceptar en alta mar a las naves nodrizas de los mafiosos que los traen, confiscar los barcos y meter a los traficantes de personas en la cárcel. ¿No?
Piensa mal y acertarás, decía mi madre, sabia mujer. Así que he llegado a pensar que nuestro Emperador no hace nada para detener la invasión africana (se espera que 20.000 niños y adolescentes sin acompañantes, ¿quién los manda, quién paga el viaje, lleguen a Canarias para fin del verano), porque le resulta útil a su........
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