San Jerónimo y las lenguas
Ya es casualidad que la sede del Congreso plurinacional de diputados se halle en una calle dedicada a san Jerónimo que, para el público instruido, es un nombre ligado al sabio que tradujo la Biblia del hebreo y del griego al latín. A su trabajo se le conoce como la Vulgata, es de finales del siglo IV, y estuvo destinado a facilitar el acceso a los textos sagrados, diluyendo los obstáculos de comprensión.
Esta es una paradoja, pero el mayor descaro de quienes han adoptado el plurilingüismo moderno, progresista, plural y guay, es el olvido en que han dejado a una parte sustancial de nuestro rico patrimonio idiomático. ¿Dónde están el panocho, la fabla o el chapurriau? ¿Dónde el amazig o lengua rifeña de Melilla? ¿Van a tener que pronunciar sus discursos los hablantes de estas lenguas en el odioso idioma........
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