Ojalá que cuando por fin superen las trabas burocráticas no se repita, por lo nefasta, la experiencia de las canchas de tenis del Parque de Los Niños; o la de otros escenarios deportivos, que por las fisuras que existen en la regulación de su uso y aprovechamiento, o las dudas sobre su titularidad, terminan en manos, casi a perpetuidad, de unos pocos que los explotan a su antojo, obtienen jugosas ganancias y generan infinidad de problemas y conflictos en la comunidad circundante. Las quejas relacionadas con esa situación son recurrentes.

El manejo de los escenarios deportivos en el municipio de Bucaramanga se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza, y en el Inderbu, que es el organismo normativamente encargado de esa tarea, es muy poco, casi nada, lo que hacen para resolverlo.

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