Desconectar unas horas al día: un reto alcanzable y saludable para los adolescentes
La adolescencia, etapa en la que construimos y definimos nuestra identidad, estaba marcada en décadas anteriores por la presencia de ritos de paso y referentes culturales sólidos que ayudaban a los jóvenes a encontrar su lugar en el mundo. En algunas culturas, un joven debía pasar una noche solo en el bosque, enfrentando sus miedos, antes de ser reconocido como adulto; también se organizaban ceremonias que marcaban su transición a la vida adulta.
Esos rituales no solo les daban un lugar en la comunidad, sino que les ayudaban a entender quiénes eran y cuál era su papel en el mundo. En nuestro entorno, el servicio militar obligatorio en España fue un rito de paso que marcaba el final de la infancia y el comienzo de la vida adulta para muchos varones jóvenes; también, en diversos municipios del Pirineo de Lleida, Huesca, Andorra y Francia se bajaban las “falles”, que servían de transición a la vida adulta.
Hoy estos referentes han sido reemplazados por modelos más fragmentados y cambiantes (extensión de la educación, incertidumbre laboral, dependencia económica prolongada y relaciones personales y familiares en constante transformación), lo que complica la tarea de construir una identidad sólida. Por si fuera poco, las tecnologías digitales........
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