Derechos inhumanos contra Palestina
«Querido compadre, seguramente también allí han oído hablar de bolcheviques, de mencheviques, de social-revolucionarios. Bueno, compadre, le explicaré qué son los bolcheviques. Los bolcheviques, compadre, somos nosotros, el proletariado más explotado, simplemente nosotros, los obreros y los campesinos más pobres. Este es su programa: todo el poder hay que dárselo a los diputados obreros, campesinos y soldados; mandar a todos los burgueses al servicio militar; todas las fábricas y las tierras al pueblo. Así es que nosotros, nuestro pelotón, estamos por este programa»1.
1.- UN SOLDADO BOLCHEVIQUE EN 1917
¿Qué relación guardan estas palabras con el día internacional de los Derechos Humanos celebrado el pasado 10 de diciembre de 2023, año en el que se registran no menos de 183 guerras y conflictos locales, la cifra más alta en este último tercio de siglo2, destacando por su inhumanidad la agresión salvaje del sionazismo al pueblo palestino? ¿Qué DDHH concretos, prácticos, pueden existir en un capitalismo que desperdicia 570 millones de toneladas de alimentos anualmente mientras que crecen las hambrunas, con una medida de 735 millones3 de personas que pasan hambre? ¿Qué DDHH pueden existir cuando la educación es una fábrica de creciente desigualdad social4, y cuando los ricos tienen seis años más de esperanza de vida que los pobres5?
La cita procede de una carta enviada por un soldado ruso a su familia campesina en el verano de 1917, desde el frente de guerra contra los alemanes meses antes de que estallara la revolución bolchevique en Octubre de ese año. Nos ha venido a la memoria al leer que, según ciertos sondeos, un 57% de la población del ente sionista llamado “Israel” aprueba el terror desencadenado contra el pueblo palestino, mientras que solo el 1,8% cree que es excesivo6. ¿Qué relación antagónica puede existir entre el derecho/necesidad del pueblo trabajador ruso en 1917 a hacer la revolución para destruir el capitalismo, y el de ese 57% de la población israelí que se cree en el derecho de poder asesinar impunemente por ahora a más de 18.000 personas, de las cuales el 70% son mujeres y niños, con casi 50.000 heridos, y que se siente protegido y legitimado por el imperialismo que proclama su «derecho y la obligación de defenderse»7?
El soldado bolchevique sintetizó maravillosamente lo esencial de la teoría socialista8 de los DDHH nada menos que 31 años antes de que, tras un sinfín de crisis y guerras, en 1948 se firmase la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuyo Preámbulo se reconoce el derecho a la rebelión contra la injusticia y la opresión. Obviamente, el ente sionista no sufre ninguna opresión e injusticia, sino al contrario: él mismo es una especie de portaviones nuclear terrestre cuya función es asegurar la posesión imperialista de Oriente Medio y la exportación de instrumentos represivos de alta tecnología. Un análisis más detenido sobre el sionismo lo realizamos en «Sionazismo»9 del 21 de julio de 2022 disponible en la red.
El campesino armado bolchevique no pudo leer al Marx defensor del derecho consuetudinario preburgués sobre los bienes comunales10, justificando el «robo» por el pueblo de los recursos de los bosques privatizados violentamente por la burguesía; ni tampoco pudo leer al Engels que calificaba de «inmoral»11 la mercantilización de la tierra, de la naturaleza. No pudo leer estos y otros textos imprescindibles porque se publicaron después de 1917, pero es posible que leyera al Marx que en El Capital demostró que es la «fuerza»12 la que decide el resultado de la lucha entre derechos iguales e inconciliables: el burgués y el proletario, por citar algunas posibilidades. Y es algo más probable que hubiera leído y debatido el Qué Hacer de Lenin, obra de 1902, en la que loan las lecciones aprendidas por el pueblo explotado en su «larga historia»13 de resistencia al zarismo. Sin duda, esta tenaz lucha de clases enseñó al campesino bolchevique que cualquier «derecho» se sustenta en el poder armado, sobre todo el derecho/necesidad de la humanidad oprimida.
2.- SIONAZISMO Y ARMAGEDÓN
En 1917 Tvi Yehuda Kook (1891-1982), líder del grupo fundamentalista Gush Emunim (Bloque de los fieles) tenía 26 años, es decir, estaba dando forma programática al sionismo de su grupo, llegando a reconocer que «Torah, guerra y colonización son tres cosas en una»14. Disponemos de otras muchas declaraciones por el estilo, igualmente bárbaras pero no tenemos espacio para extendernos en ellas. El sionismo supo desde sus inicios que su triunfo dependía de la consolidación de una teocracia basada en la ferocidad de la Biblia obsesivamente ofuscada en silenciar que la «sangría primigenia»15 sostiene su dogma, uno de cuyos fines prioritarios es negar toda validez científica a quienes demuestran que «Israel» es una reciente16 construcción económica, sociopolítica, religiosa y sobre todo militar.
La solidez de la teocracia depende, además de en la profundidad de las raíces irracionales que anclan el opio religioso en el inconsciente humano desde la primera infancia, también en las medidas de toda índole que el poder teocrático desarrolla para fortalecer esas raíces y adaptarles a las necesidades de la clase dominante. Por esto, en la medida en el que ente sionista veía aumentar las dificultades de toda índole, intentaba agilizar la interacción entre las tres prácticas exigía ya en abril de 2004 que: «1. La resistencia Palestina debe ser aplastada. 2. El apoyo público debe ser asegurado y se debe contar con la participación activa de al menos un sector de la sociedad israelí en forma operativa. 3. La crítica internacional debe ser silenciada.»17. Estas y otras prácticas represivas se sustentan en una mixtura ideológica basada en gran medida en las innegables relaciones históricas entre el fascismo y el sionismo18, y también en aportaciones posteriores sobre el sionismo cristiano que analizaremos a continuación.
Vemos cómo interactúan diferentes subcausas parciales hasta confluir en una única razón del genocidio palestino. Así comprendemos mejor ese apoyo del 57% de la población invasora a la inhumana masacre y la represión metódica del derecho de libre expresión en los países imperialistas y prosionistas. Pero se equivoca quien reduzca sus causas a la necesidad sioyanqui de apoderarse de los grandes recursos gasísticos descubiertos en 2015 en Gaza, o quien añade también el expolio de las fértiles tierras y abundante pesca de la costa gazatí. Todo esto es cierto pero insuficiente. Para el sionazismo la deportación total19 de la población de Gaza es uno de los objetivos tácticos imprescindibles para el objetivo histórico de lograr esa utopía reaccionaria del Gran Israel, que pretende basarse en la Biblia, ese libro que rezuma falsedades como explicamos en «Sionazismo».
Esta mezcla explosiva de las corrientes más reaccionarias ha ido confluyendo en el los fanáticos imperialistas del mito del Armagedón20, la batalla última y definitiva de la guerra eterna entre el Bien, dios y la propiedad privada, y el Mal, la humanidad y el comunismo. El Gran Israel, el Armagedón, la salvación de Occidente, la Última Cruzada… son excusas que justifican que los sionistas –«armados y peligrosos»21— sean una potencia nuclear incontrolada e incontrolable excepto por EEUU. Esto último es lo decisivo: sin EEUU el ejército sionista no sobreviviría un mes, como se confirma ahora mismo ya que los sionazis son reforzados por el Pentágono, por la OTAN y por sus empresas militares privadas. Más aún, EEUU y el ente sionista son una simbiosis sin la cual el Senado norteamericano hubiera tenido muchas más dificultades para declarar oficialmente que no se retirarán de Siria22, país que invadieron, que ocupan y saquean.
3.- LUCHA DE CLASES EN PALESTINA
La alianza estratégica entre casi la totalidad de las burguesías musulmanas y Occidente es una de las dos razones que explican la poca ayuda solidaria que está recibiendo Palestina para defenderse del terrorismo sionazi, siendo la otra razón el interés de EEUU y la OTAN por la supervivencia del «Israel». Esta alianza es la que ha creado e impuesto la triple mentira de que, primero, se trata de una simple guerra entre el «terrorismo» de Hamás y el «Estado democrático de Israel»; segundo, que solamente están combatiendo los «terroristas» de Hamás, sin el apoyo del resto de organizaciones armadas palestinas; y tercero, que el pueblo palestino no apoya a Hamás. Sin embargo, es muy........
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