Los hogares en un orbe inestable, por Víctor Corcoba Herrero
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“No importan las riquezas, lo que nos incumbe es que cada niño,
al venir a este mundo de todos y de nadie en particular,
sea acogido por el calor de sus progenitores”.
Necesitamos comprensión de hogar, máxime en un tiempo donde las familias son muy heterogéneas; ya que los diversos vínculos suelen sentir y vivir de manera distinta, además de que los espacios sean muy diferentes, pues aún se silencian voces en muchos de ellos, imperando el ordeno y mando, sin apenas diálogo alguno. Por otra parte, el cambio climático también está repercutiendo negativamente en la salud y en el bienestar doméstico, con una mayor contaminación atmosférica, aparte de los fenómenos meteorológicos extremos exacerbados, como huracanes, sequías e inundaciones, que suelen provocar a menudo desplazamientos forzosos y la pérdida de los recursos de subsistencia.
Todo este cúmulo de desalientos, debe hacernos repensar sobre nuestro modo humano de pasar y de morar. Sin duda, tenemos que tomar otra concienciación, sin ceder a tantas fuerzas interesadas dominadoras, contrarias a revitalizar la parentela, que amenazan con nuestra propia destrucción genealógica. Sea como fuere, tampoco podemos admitir esta comercialización de sentimientos, etiquetada por una mercadería de falso........
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