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Eufemio de Mesina (800 – 829), rico y culto terrateniente siciliano de origen bizantino se enamoró como un loco de una monja llamada Omonisa, la secuestró y lo que hizo después no podemos sino imaginarlo. Ya que ella vivía recluida en un convento, también nos imaginamos que se montó en su corcel como el Zorro, en su corcel cuando sale la luna aparece el bravo zorro .. seguramente para gran sorpresa de las monjas que pensaban tener sus ovejitas bajo buen resguardo.

Tampoco lógicamente pudo montarse en una bicicleta porque fue inventada por el alemán, barón Karl von Dreis en el 1817, diez siglos después de su corta permanencia en tierra y menos en un Ferrari, creado por Enzo Ferrari en el 1939. Del Ferrari, un Ferrari rojo, por supuesto, podemos decir que tuvo una aparición algo polémica en la Escuela de Arquitectura de la UCV que desató una ensalada de dimes y diretes que, como toda ensalada terminó avinagrada.

¿Quién tuvo la culpa del rapto de la monja? El problema es que en aquella época todavía no había surgido la globalización, la revista Playboy y los partidos televisados de futbol y tenis. La gente no tenía suficientes distracciones y las pasiones surgieron como fuegos en la pradera. La globalización tuvo y tiene importantes consecuencias en el comportamiento humano, como veremos más tarde. Sobre todo con respecto a las elecciones.

*Lea también: El factor multiplicador, por Aglaya Kinzbruner

Eso lo pudimos medir a raíz de la inhabilitación de respetables figuras de la Oposición en Venezuela. En Brasil y en Colombia, se erigieron protestas aparentemente dirigidas hacia lo mismo, no se debían hacer trampas, el solo hecho que no pudiesen votar ocho millones de venezolanos en el exterior sería una trampa, porque las consecuencias las sufrirían todas las izquierdas unidas ahora por querer interpretar la comedia de la democracia. Porque es bien conocido el siguiente dicho:

Trampa vieja no vale
Quien la usa es un loco
Trampa nueva se pone vieja
Y no debe usarse tampoco

La globalización viaja cada vez con mayor velocidad y trabaja en contra de regímenes poco amistosos con sus súbditos. Todo es visto y comentado, expuesto y denunciado. ¿Cuáles son las consecuencias de este estado de cosas? Una cierta disminución de la impunidad y un perenne as bajo la manga para los que se vayan a oponer a un statu quo que no satisface a nadie sino a los abusadores.

Con respecto a los alrededores de Mesina, Taormina en particular, es una pequeña ciudad hermosísima desde la cual, en su punto más alto, se puede ver el volcán Etna, cubierto de nieve, por el cual baja la lava ardiente de color rojo, también el teatro griego y la bajada al mar de los escollos cubiertos de trinitarias rojas y moradas. Es uno de los sitios turísticos favoritos de los escandinavos.

Y esas son las extrañas tretas que siempre nos juega el tiempo y el destino. Después de cuatro siglos de la invasión sarracena, unos terratenientes ricos le pagaron a unos mercenarios escandinavos para que viniesen a sacar de ahí a los moros. ¿Qué relación puede haber hoy en día con los turistas suecos? No se nos ocurre ninguna. Lo cierto es que si uno toma el teléferico en Taormina y baja a las playas de Mazzaró o Naxos podrá ver a menudo unas bellísimas suecas ¡totalmente topless!

¿Será esta también la globalización?

Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.

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El As bajo la manga, por Aglaya Kinzbruner

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20.05.2024

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Eufemio de Mesina (800 – 829), rico y culto terrateniente siciliano de origen bizantino se enamoró como un loco de una monja llamada Omonisa, la secuestró y lo que hizo después no podemos sino imaginarlo. Ya que ella vivía recluida en un convento, también nos imaginamos que se montó en su corcel como el Zorro, en su corcel cuando sale la luna aparece el bravo zorro .. seguramente para gran sorpresa de las monjas que pensaban tener sus ovejitas bajo buen resguardo.

Tampoco lógicamente pudo montarse en una bicicleta porque fue inventada por el alemán, barón Karl von Dreis en el 1817, diez siglos después de su corta permanencia en tierra y menos en un Ferrari, creado por Enzo Ferrari en el 1939. Del Ferrari, un Ferrari rojo, por supuesto, podemos decir que tuvo una aparición algo polémica en la Escuela de Arquitectura de la UCV que desató una ensalada de........

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