menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

‘Comfort Love’

11 0
yesterday

No recuerdo una época de mi vida en la que no me hayan vendido la idea del amor, especialmente el romántico, como una vivencia épica, una historia iniciática con clímax, banda sonora, tiempos de gestas casi inmaculadas, crisis, suspiros, lágrimas y una resolución que, si todo salía bien, incluía promesas eternas, príncipes, princesas, y, sobre todo, domingos felices.

Crecimos con esa narrativa, la absorbimos con intensidad en la adolescencia, cuando el amor parecía una mezcla de filme romántico, balada glam y juramento sazonado con tequila. Aprendimos a desear desde lo que vimos, a veces, la familia, otras tantas el cine, la televisión, las conversaciones ajenas y, sin darnos cuenta, comenzamos a engendrar y a construir una idea del amor que no siempre —por ser generosa y no decir que nunca— termina por coincidir con lo que realmente nos hace bien.

Con el tiempo y después de suficientes experiencias, uno empieza a descubrir algo más silencioso, menos cinematográfico y mucho más honesto, algo llamado comfort love. No sé si aparece en algún manual o si solamente el nombre me llegó del cielo pensando en la comfort food, sin embargo, le pregunte a Google y la definición no está lejos de lo que para mí significa el término; a ver, que ya todo está inventado bajo el sol, así que el comfort love o ese momento de amor reconfortante en pareja existe en la vida real y no solo como una idea, no solo como un concepto, doy fe. El comfort love es ese lugar emocional donde el amor no aprieta, no exige performance, no obliga a demostrar nada. Es el espacio donde el vínculo se siente cómodo, amable, respirable y se traduce en momentos de un significado peculiar para cada integrante de la relación, que definitivamente colorean el trasfondo de la historia que se pinta a cuatro manos.

Si nos paramos de frente a........

© Revista Semana