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Cuando la palabra pesa más que la acción

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19.12.2025

Donald Trump volvió a referirse a Venezuela asegurando que el país “robó” tierras americanas cuando nacionalizó la industria petrolera. Más allá de la imprecisión histórica, jurídica o económica de esa afirmación, que no es el punto central de mi lectura, el episodio vuelve a poner sobre la mesa un tema mucho más delicado: el peso de la palabra cuando proviene del hombre más poderoso del mundo. En política internacional, no todo se ejecuta con decretos; muchas cosas comienzan, se agravan o se descontrolan con una frase.

Trump no está anunciando un bloqueo marítimo al estilo cubano. No está declarando una guerra económica total ni planteando una intervención directa. Lo que busca, en términos prácticos, es un endurecimiento progresivo de sanciones, mayor presión financiera y un cerco político más asfixiante. Sin embargo, su forma de comunicarlo, exagerada, simplista y cargada de dramatismo, produce efectos que van mucho más allá de su intención real.

Ahí está el problema. Cuando el presidente de Estados Unidos habla, el mundo escucha… y reacciona. No importa si su afirmación es técnicamente incorrecta o conceptualmente floja; el mercado, los aliados, los adversarios y los actores privados actúan en función de lo que podría venir, no solo de lo que se dijo. La palabra presidencial no es opinión: es señal. Y Trump, fiel a su estilo de showman, lanza señales sin medir del todo las consecuencias.

El riesgo no está únicamente en la política que eventualmente ejecute, sino en el clima que crea. Al hablar de “robo”, Trump no sólo endurece el lenguaje: criminaliza el conflicto. Pasa de una disputa política y económica a una narrativa de despojo, casi de agresión. Y ese giro semántico eleva la tensión automáticamente. No porque Venezuela vaya a responder con fuerza, sino porque terceros (empresas, países, aerolíneas, bancos) comienzan a replegarse por miedo a quedar atrapados en una escalada que nadie termina de definir.

Este es el verdadero peligro del showmanship en política exterior. Trump gobierna como comunica: exagerando........

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