El Kamala peruano
Todo indica que en las próximas elecciones contaremos con varias versiones locales del Bukele peruano, del Milei peruano y del Trump peruano, en distintas tallas, pesos y medidas.
El hartazgo se ha convertido en movimiento político: los electores quieren mano dura y promesas extremas. Esto es en virtud del agotamiento y descrédito de un sistema democrático que por bobo y disfuncional siempre acaba regalándose a sus enemigos.
Estos enemigos de la democracia se han tumbado la manera racional, honesta y sensata de hacer política. Como antídoto ahora solo comunica lo extremo y radical. Los responsables de este Babel tienen distintos estilos. A veces desprestigian a la noble marihuana y asesinan policías, como Antauro Humala, pero en la mayoría de los casos visten saco y corbata y dicen amar al país. La dulce declaración jamás ha sido impedimento para que bolsiqueen el Tesoro Público desde el poder. Son radicalmente corruptos.
Tal es el caso de los expresidentes Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Martín Vizcarra, simultáneamente en juicios transmitidos en vivo que debe haber sido un deleite de los señores mandatarios de APEC en sus ratos de ocio en Lima. “Bienvenidos, esta es la clase........
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