Dina, el vudú y el agua de calzón
Palacio de Gobierno parece ejercer en sus inquilinos temporales una desbordada fascinación por dos temas particulares: la jamonada y la brujería.
Es tradicional que, acabando el año y bajo la extenuante banda sonora de Los Toribianitos, se haga público el reporte de gastos de alimentos de Palacio. Las cifras, siempre insultantes teniendo en cuenta la esmirriada olla popular, invariablemente generan malestar, así de esa cocina coman la presidenta y 400 personas más al servicio suyo y de sus relojes. En esa relación, de manera misteriosamente invariable, aparece siempre como protagonista la jamonada.
Análogamente, la vertiente hechicera ha capturado Palacio desde siempre. Hay registros de consultas espiritistas palaciegas llevadas a cabo por el secretario personal del presidente Remigio Morales Bermúdez durante su gobierno entre 1890 y 1894. Queda pendiente el nexo sobrenatural entre la jamonada y la brujería.
Fujimori consultaba por lo menos a tres brujas: Salomé Ibarguren, ‘Madame Carmelí’ y Rosita Chung. Tenía su propio curandero, el brasilero Joao Texeira, así como su astrólogo de cabecera, el argentino Héctor Faisal. Este era un militar dado de baja que, asalariado por el Servicio de........
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