Overbooking
10/07/202410/07/2024 Trabajadores de la Cruz Roja atienden a migrantes llegados en pateras a El Hierro.
Europa Press Canarias / Europa Press
Cuesta poco imaginarse el percal. Uno aprieta la ropa en la maleta, sale pitando hacia el aeropuerto entre fantasías voladoras, franquea todos los controles de seguridad y al final de la odisea descubre el pastel. Resulta que la compañía aérea, gestionada por patanes con ínfulas de corredores de bolsa, ha vendido más plazas de las que realmente ofrece. Un viajero se queda clavado con cara de primo frente al mostrador. Otro viajero monta en cólera y arma la de San Quintín porque a esto no hay derecho, chorizos, que sois todos unos chorizos. A esta práctica empresarial la llaman overbooking. Los anglicismos siempre suavizan la vileza de la estafa.
Hay un vídeo que anda rodando de móvil en móvil y que ha suscitado polémicas abrasadoras. En Barcelona, en la terraza de un Taco Bell, varios manifestantes disparan chorretones de agua a los turistas. La estridencia de las imágenes ha terminado por sepultar el mensaje de fondo, el hartazgo popular, las gentrificaciones, la expansión avasalladora de los pisos turísticos y un modelo de economía gaseosa que siembra pobreza a largo plazo. Nuestras ciudades están en overbooking. Hay gobiernos con ínfulas de compañía aérea que venden más plazas de las que realmente ofrecen, con la sutil diferencia de que esta vez están expulsando a los vecinos para que quepan los turistas.
Si traigo aquí la metáfora del overbooking es porque ese es el marco mental que moldea hoy el debate migratorio. Desde hace tiempo, el Gobierno español y las derechas........
© Público
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