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Ganar a las derechas

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17.10.2024

17/10/202416/10/2024 Giorgia Meloni y Keir Starmer. Imagen de archivo. Europa Press.

El giro conservador, regresivo y autoritario, se refuerza en Europa con el ascenso de las derechas extremas. En un reciente artículo, La amenaza ultra, analizo sus características. Aquí, tras el detalle complementario sobre la representatividad electoral de las distintas corrientes políticas en el Parlamento europeo, explico las estrategias -fallidas- para evitar esa involución derechista y, frente a cierta actitud de impotencia y resignación, cómo frenarla y garantizar una trayectoria democrática y de reforma social progresista en España y Europa.

El avance derechista y sus ejes estratégicos

En términos representativos los resultados de las recientes elecciones europeas, con 720 escaños a repartir (entre paréntesis el porcentaje y los escaños en las elecciones de 2019, con 703 escaños) son los siguientes: el bloque de las derechas tradicionales (democristianos y liberales y centristas) consiguieron el 37% de votos, con 265 escaños (35% y 245); el bloque de las derechas extremas, 26% de votos y 187 escaños (17% y 118), y las izquierdas (centroizquierda socialista, izquierda transformadora y verdes) el 33% y 235 escaños (35% y 245). Los no inscritos se quedan en 33 escaños (4%) desde los 63 (9%), son heterogéneos y se redistribuyen por su afinidad entre los tres principales agrupamientos.

El descenso de los bloques de la izquierda y la derecha tradicional es limitado, dos puntos cada uno, pero el de las ultraderechas asciende nueve puntos. Tres aspectos se pueden añadir. El conjunto de las derechas alcanza los dos tercios, con un papel cada vez más influyente de las extremas. En el bloque de la derecha tradicional mejora el sector democristiano y empeora el liberal-centrista. Y en el bloque de las izquierdas, la corriente socialista tiene un ligero descenso, los verdes una fuerte recaída y la izquierda transformadora un ligero ascenso.

En la composición de la nueva Comisión Europea, liderada por la democratacristiana alemana Ursula von der Leyen, predomina la derecha tradicional, con la presencia significativa del centroizquierda socialista, con la española Teresa Ribera en una vicepresidencia, y un representante -italiano- ultra.

Junto con este mayor peso representativo e institucional de las derechas, lo más relevante es la propia derechización política y mediática de los principales ejes estratégicos de la Unión, así como de países relevantes como Italia y Países Bajos, que alcanza al núcleo francoalemán, determinante de la política europea.

Primero, la política migratoria, con un ascenso de la segregación racista y una involución de los derechos humanos y de la actitud de acogida, integradora en lo social y de respeto y diálogo en lo étnico-cultural.

Segundo, la apuesta militarista y de dependencia de los intereses estadounidenses en los conflictos geopolíticos, con la permisividad hacia la estrategia colonialista y genocida del gobierno israelí respecto del pueblo palestino. Todo ello deja al descubierto la desvalorización del derecho internacional y humanitario, las normas morales universales, reflejadas en la Carta de la ONU, y la deslegitimación occidental ante los pueblos del Sur global.

Tercero, la orientación neoliberal de la política socioeconómica, cada vez más alejada del modelo social europeo y sus........

© Público


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