Los sacrificios y martirios de Carmen S.
22/06/202421/06/2024 Imagen de archivo del Hogar Pignatelli.
El 2 de septiembre de 1970, lógicamente apurada, Carmen S. escribió una carta al Gobernador Civil de Zaragoza con un ruego: que le devolvieran a sus hijas. Entonces, las niñas, de 13 y 14 años, estaban tuteladas en el Hogar Pignatelli. El centro, conocido también como la Real Casa de Misericordia, estuvo en funcionamiento entre 1666 y 1971. Ella lo conocía bien porque había sido "criada y educada" en él. Carmen S. nació en 1932 en la Maternidad de Zaragoza. En ese momento, ni su padre ni su madre biológica se hicieron cargo de ella. Fue adoptada en varias ocasiones hasta que "con veintitantos años" fue reconocida por su madre biológica y por el marido de ésta. No parece una historia de buena suerte.
Era una cría quemada de tanta miseria. En la carta que escribe a las autoridades, asegura que, debido a su poca experiencia, al abandono total de sus padres y a su deseo de salir del centro, decidió casarse. El matrimonio fue, para muchas víctimas del abandono institucional durante la dictadura, una vía de escape. La historia de Carmen S. es una historia de mala suerte. Aquel matrimonio supuso, en sus propias palabras, el "segundo periodo de calvario de su vida".
La pareja decidió dejar Zaragoza y trasladarse a Bellcaire d'Urgell, un pequeño pueblo de Lleida en el que nacieron sus hijas. Llamar calvario a lo que tuvo que vivir se queda corto. En el expediente de su caso, cuenta que tanto su marido, "enfermo demente", como su suegra se dedicaban a pegarla constantemente. Entre otras miserias, pasó hambre: "Mal vestida, calzada con albarcas, mal comida y recibiendo palos continuamente", la obligaban a trabajar en el campo. "Por si fuera poco, un día me arrojó desnuda desde el balcón a la calle".
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